El argentino Omar Narváez alcanzó anoche un claro triunfo, por nocaut técnico en el décimo asalto, sobre el japonés Hiroyuki Hisataka, para retener el título supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
El argentino Omar Narváez alcanzó anoche un claro triunfo, por nocaut técnico en el décimo asalto, sobre el japonés Hiroyuki Hisataka, para retener el título supermosca de la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
El combate, desarrollado en el gimnasio municipal número 1 de Trelew, favoreció ampliamente al púgil local, que se presentó por cuarta vez en su ciudad de origen.
El chubutense fue dominador del pleito de principio a fin. Tomó el centro del ring y conectó las mejores combinaciones de golpes con una eficacia sorprendente, aunque las manos del Huracán, alentado por su público, no lograron conmover al púgil asiático.
Hisataka, que perdió anoche una cuarta chance para alcanzar un título mundial, mostró una ofensiva carente de consistencia y fue cansándose a medida que transcurría la pelea.
Por eso, a partir del sexto capítulo, el argentino intensificó el castigo y quedó, en diferentes ocasiones, en condiciones de asestar el golpe de nocaut que hubiera anticipado la definición.
Sin embargo, cuando transcurría un minuto 26 segundos del décimo round y la diferencia era notoria, el árbitro colombiano Julio César Alvarado decretó la suspensión del combate, que derivó en la consabida victoria del chubutense, a esa altura amo y señor del cuadrilátero.
Narváez, que acumuló la octava defensa de su cetro supermosca OMB, alimentó su registro como profesional a 40 triunfos (21 por la vía rápida), una derrota (ante el filipino Nonito Donaire por la corona de los gallos OMB en Nueva York) y dos igualdades.
Por su lado, el japonés Hisataka quedó con un record de 22 éxitos (10 antes del límite), 11 caídas y un empate.