El episodio ocurrió en un partido donde Talleres de Perico recibió a Los Cachorros, en el que todo transcurrió con normalidad hasta los 30 minutos del primer tiempo. El árbitro Emilio Chocobar advirtió la presencia de un inmenso enjambre de abejas pero ni siquiera atinó a detener el encuentro. Es que los jugadores ya habían dejado de lado el juego y se encontraban "cuerpo a tierra" o escapando a toda velocidad de los insectos, que no sólo se presentaron de repente sino que lo hicieron en una cantidad descomunal.