El proyecto con el que asumió el Kily se está cumpliendo, al menos en parte, y contra eso no hay objeciones que puedan hacerse. La promoción de jóvenes de las divisiones inferiores se está llevando a cabo con la ratificación de varios nombres propios. Eso es tan cierto como que transcurridas las tres primeras fechas del torneo, Central está frente a su mayor desafío. Porque del resultado del partido del próximo lunes frente a Godoy Cruz dependerá gran parte de la suerte que corra el equipo de cara a la clasificación a la fase campeón de copa. Y deberá afrontarlo con lo mejor que tiene o al menos con los futbolistas que considere más aptos para tamaño desafío. Pueden ser los mismos chicos, quizá otros, tal vez un equipo con algo más de experiencia, pero cualquiera sea la elección, el margen de error ya será ínfimo.
Si hubo una frase que jamás se le cayó de la boca al Kily es que en su equipo van a jugar “los que mejor estén”, lo que suena a una verdad de Perogrullo, pero el contexto en el que Central afrontó esta nueva etapa de su vida futbolística le pone un condimento extra a esa apreciación.
Es cierto que el formato del torneo, sin descensos condenatorios, le da a Central (lo mismo corre para muchos otros clubes) la posibilidad de apostar por chicos que recién están dando sus primeros pasos en la máxima categoría, pero rápidamente llegó el tiempo de dar un salto de calidad, de entregar una señal de guapeza y sobre todo sabiduría. El lunes puede ser un punto de inflexión y ese momento deberá contar con la respuesta de chicos y grandes.
Todo eso es parte de las evaluaciones que el Kily comenzó a hacer desde el momento que terminó el partido contra Banfield, las que masticó durante todo el fin de semana y sobre las que, seguramente, está trabajando desde el momento en que el grupo retomó los trabajos en Arroyo Seco.
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Vecchio, de gran experiencia, es uno de los refuerzos que llegaron a Central.
Y en ese “jugarán los que mejor estén” está el desafío no sólo del entrenador, sino también de los futbolistas. Porque estos últimos son los que tienen que demostrar primero para que el técnico tome decisiones después. Lo que está claro es que esas decisiones (que pintan pueden ser importantes teniendo en cuenta el rendimiento del equipo en el último partido) se dan ya en un contexto de ciertas urgencias. El razonamiento es sencillo: Central no tiene mucho más hilo en el carretel del cual tirar si se mantiene en la postura de pensar en el objetivo de mayor envergadura que propone el torneo.
¿Es desmedido exigirle a este Central en formación que deba meterse entre los 12 mejores? Seguramente. Porque de lo contrario esa idea de “equipo en formación” no sería tal y claramente lo es.
Después, hay demasiadas conjeturas para hacer, como por ejemplo que la conformación del plantel se dio de esta manera por los inconvenientes económicos del club y es, a priori, una de las más creíbles, lo que no impide que se pueda trabajar sobre el proyecto de promoción de chicos de las divisiones inferiores, que dicho sea de paso, se insiste, se está cumpliendo.
En otras épocas el debut y continuidad en el equipo de Lautaro Blanco no se hubiera dado, la posibilidad de López Pissano quizá no hubiera llegado, la aparición de Luciano Ferreyra no hubiese existido, al igual que el resurgimiento de Rodrigo Villagra. Seguramente tampoco les hubiera aparecido la chance, aunque sea con un puñado de minutos, a Luca Martínez Dupuy y a Gino Infantino.
En ese nutrido grupo de jugadores es donde ya se puede decir que parte del proyecto se está llevando a cabo. Pero ellos, por pocos que sean (que no lo son), junto a algunos otros de sobrada experiencia, son los que formaron parte de estas dos derrotas y un triunfo que no hicieron otra cosa que poner al equipo en una situación casi límite.
El Kily puede ver flojo a algún chico y en su idea de recambio posiblemente aparezca otro juvenil. O quizá no. Tal vez pueda jugársela por alguien de mayor experiencia, aunque ya no cuenta con demasiado material. Sí es un hecho que en medio de un proyecto que, las pruebas están a la vista, se está cumpliendo, Central ya se encuentra parado frente a una situación en la que las urgencias golpean las puertas de Arroyito.