"Por qué este equipo pasa de tres derrotas consecutivas a o- cho partidos sin ganar y de allí a otras dos caídas al hilo?" Esa fue la pregunta de Ovación a Miguel Angel Russo en el extenso mano a mano que este diario mantuvo con el técnico canalla tras la derrota ante Olimpo. La respuesta del DT fue simple: "Acá subimos y nos caemos todos. Ahora, cuando perdemos agachamos la cabeza y sólo pensamos en solucionar los errores. Y así será hasta que logremos ese equilibrio que tanto buscamos". La referencia tiene varios objetivos. Primero recordar el pensamiento del DT. El segundo, y el más importante, poner sobre la mesa de discusión ese raro comportamiento de un equipo que si bien puede terminar el torneo dentro de los parámetros pretendidos, hizo gala de una irregularidad asombrosa. Con estadíos muy marcados en sus comportamientos y en su producción en cuanto a puntos. El electro canalla marca picos pronunciados.
Antes que nada es necesario remarcar que esa cosecha de puntos termina siendo un reflejo de lo que el equipo propone en cada partido. Es parte intrínseca de su modus operandi y de su sabiduría, su capacidad y sus limitaciones.
Cuando Russo o cualquier otro jugador habla de la irregularidad que tiene el equipo, lo hace sabiendo que es uno de los principales escollos a sortear. Sólo adquiriendo ese equilibrio (de forma positiva, claro) se podrá aspirar a cumplir los objetivos planteados.
Gráficamente, el comportamien- to canalla es elocuente (ver info- grafía). A lo largo de todo el tor- neo Inicial hubo rendimientos y resultados que apuntaron la mirada hacia arriba, pero también de los otros. La racha de o- cho partidos (que no es poco, por cierto) sin derrotas fue el tránsito más parejo. Pero antes y des- pués de eso todo fue demasiado cam- biante.
De las dos derrotas consecutivas con River Plate y Gimnasia y Esgrima La Plata se llegó al triunfo contra Godoy Cruz, pero inmediatamente se pasó al aturdimiento. Colón, San Lorenzo y Tigre marcaron el peor momento del equipo en el campeonato, que fue la antesala del segmento más feliz: las ocho fechas sin conocer la derrota, con la gran victoria en el clásico incluida y una remontada que le permitió al Canalla acomodarse desde los números y respirar mucho más aliviado de cara a la recta final.
¿Después de eso qué? Tres encuentros sin poder sumar de a tres, con dos tropiezos (Vélez Sarsfield y Olimpo) incluidos.
Ahora, pensar que ese comportamiento que se emparenta con los resultados es producto del azar sería el error más importante. Por la sencilla razón de que las producciones futbolísticas se movieron en la misma sintonía. Hay ejemplos que rompen el molde. Contra River tal vez no mereció perder, lo mismo que ante Gimnasia y Racing, pero los verdaderos puntos de análisis deben digitarse en ese andar con una ciclotimia contraproducente.
Por eso se vieron partidos como ante Quilmes, Arsenal, Boca, Lanús, por citar algunos ejemplos, en contraposición con lo exhibido en la cancha de Tigre o bien en Bahía Blanca, ante Olimpo.
Esos comportamientos futbolísticos son los que hicieron de este Central un equipo con cierto grado de bipolaridad. Con capacidad para viajar de tres derrotas consecutivas a ocho partidos sin ganar y de allí caer nuevamente en una pendiente.
El resultado del próximo fin de semana ante Argentinos Juniors le pondrá el moño a un torneo que cuando llegue a su fin sí habrá un material más fino para el análisis. No obstante, tanto Miguel Russo como sus dirigidos ya deben tener en claro que en el próximo semestre habrá muchas cosas por mejorar. Y entre ellas estará la capacidad de hacer que Central logre abrazar una cierta regularidad que hasta el momento le costó encontrar.
Vuelta al trabajo pensando en Argentinos
El plantel canalla retomará hoy los entrenamientos de cara al partido ante Argentinos. Russo no podrá contar con Donatti (expulsado) ni Encina (cinco amarillas). Además, el DT deberá seguir de cerca la evolución de Ferrari y Nery Domínguez, ambos con molestias. Además, Luna está para volver.
