El rosarino Gustavo Lechner cumplió dos décadas dirigiendo en el fútbol local

Como dice el dicho: "Veinte años no son nada". Y Gustavo Lechner llegó a dos décadas en el arbitraje local y trece a nivel nacional. El árbitro rosarino actualmente es uno de los referentes en la Asociación Rosarina de fútbol y está muy bien posicionado en el fútbol de AFA, donde es habitual juez asistente en la primera división. "Parecería que fue ayer cuando debuté en esta profesión. Fue en la cancha de baby de Adiur, donde se enfrentaron la línea B del local y Newell's. Ese día dirigí los seis encuentros. Desde ese momento arrancó mi carrera en el referato y el último partido en esta temporada fue el domingo en Las Parejas, en el clásico que ganó Argentino a Sportivo", le dijo Lechner a Ovación.

El referí (46 años) entró en el 2000 a la AFA y debutó en Almirante Brown de Arrecifes ante Atlético de Rafaela en la B Nacional, y luego en el 2003 fue asistente por primera vez en primera en Estudiantes v. Unión, todavía no puede creer lo que está viviendo. "Aquel partido entre Adiur y Newell's me quedó marcado para siempre en esta profesión. Fue el inicio como árbitro y lo sigo viviendo a full: los entrenamientos, exámenes y estar en contacto con el fútbol. Es maravillloso", sostuvo el hombre de negro.

"Nunca me vi como árbitro. Soy un jugador frustrado. Quería llegar a la primera, pero por diferentes motivos no se me dio. Me casé y cuando tenía 22 años y con un hijo de 15 meses, leí una nota sobre el arbitraje y me llamó la atención. Luego vi un artículo en La Capital donde la ARF convocaba a realizar los cursos y me acerqué. Sin querer entré a un salón donde estaban los instructores dando clase. Me hicieron sentar y estuve dos horas. Ese día tomé la decisión de hacer la carrera", dijo Lechner.

A la profesión de árbitro muchos la catalogan como otra salida laboral. "Nunca lo tomé así. Me gustó mucho todo el reglamento del fútbol. Había cosas que no sabía como jugador y le di para delante", apuntó. Y de aquel pasado, Lechner relató su rutina diaria: "Entreno cuatro días en la semana y los fines de semana salgo a dirigir. Ahora me tomé una semana de descanso porque viene la pretemporada en Ezeiza, que es dura y la aprovecho al máximo", agregó.

En sus veinte años en el fútbol local, Lechner se ganó el respeto de sus colegas, jugadores y dirigentes. "Dirigir la Rosarina me sirvió llegar al fútbol nacional. Fueron partidos y partidos. Hoy me puedo dar el gusto de decir que jugué en todas las canchas de la ciudad. Disputé todos los clásicos en el baby, inferiores y en la primera local. No me faltó ninguno. En todos los partidos hasta la actualidad siempre me fue muy bien. Jamás tuve una tarde negra. Coseché muchas amistades y me hice de grandes amigos. Vivo pendiente día a día del fútbol".

Para Lechner ingresar en la carrera para ser árbitro tuvo mucho que ver su entorno familiar y expresó. "Hoy estoy agradecido por haber decidido ir a ver cómo era el curso. Lo más importante fue el apoyo que me dio mi familia. Desde mis comienzos mi esposa me bancó en todo. Los entrenamientos, viajes y hasta mis ausencias en los cumpleaños de mis hijos. Pero hoy todo eso dio sus frutos. Ahora me quedan varias temporadas y después seguiré ligado con el arbitraje. Todavía me falta mucho y no pienso en que puede llegar ese día".