Estuvo diez días discutiendo con los directivos de Atlas de Guadalajara para que lo liberaran. Y cuando lo hizo, firmó los papeles de rescisión del contrato, tardó dos horas y media para ir de la sede del club a su casa, llamar por teléfono para reservar vuelo, recoger lo que pudo en un par de bolsos y embarcar hacia Rosario. Salió el jueves de México y el viernes a las 17 estaba en la ciudad, con tiempo para unos estudios médicos y presenciar el amistoso ante Alianza Lima. El retorno de Fabricio Fuentes a Newell’s fue vertiginoso, al punto que ayer mismo no quiso perderse la posibilidad de entrenar por primera vez, pese a que recién entre mañana y pasado firmará el vínculo.
Y en el entretiempo del encuentro del viernes, se hizo un hueco para dialogar con Ovación y Fox Sports. “Fue una sensación muy linda volver al Coloso. Me hizo recordar a los primeros pasos en primera división, en un club donde uno se formó y lo quiere mucho. Por eso estoy muy contento y acá voy a tratar de cerrar mi carrera”, dijo, para contar luego que su mujer y sus hijos quedaron en México y, junto a buenos amigos, se encargarán de la mudanza porque él no tenía tiempo que perder.
—¿Qué te decidió a venir ahora a Newell’s?
—Se dio esta vez. De todos los años en que estuve afuera de Newell’s, ahora se dio que el club me quería. Gracias a Dios se concretó, porque tenía ganas de volver por la familia y porque deportivamente acá me siento como en mi casa. Era el momento justo.
—¿Volviste para cumplir el sueño que no pudiste lograr?
—Lógicamente que sí. Cuando uno llega a los últimos años de su carrera siempre quiere volver al club donde se inició, donde uno dejó amigos y familiares, y siempre querés devolver algo de todo lo que te dio. Era impensado regresar para mí, pero así es el fútbol y acá estoy.
—La imagen que tiene el público argentino de vos es la del título de campeón con Vélez (Clausura 2005), donde tuviste un alto rendimiento. ¿Cómo estás hoy?