El muletto hizo hasta donde pudo

Una mancha más al tigre. ¿Qué le hará?, se preguntará más de uno. Son tantos los partidos ya perdidos o sin poder ganar y el tránsito en el torneo local tan anodino que que no extraña. Y si no preocupa (debiera, aunque sea en una mínima expresión) es porque los cañones están todos apuntados a la obtención de la Copa Argentina el próximo jueves frente a River. Por eso Central una vez más hizo lo que pudo, hasta donde le dio con un equipo muletto y sobre el final recargado de juveniles. Ese veranito del que gozó con el gol de Maximiliano Lovera fue eso, un veranito. Porque bastó que Lanús pisara un poquito el acelerador para dar vuelta la historia.

"Este jueves cueste lo que cueste, este jueves tenemos que ganar", fue lo que más se escuchó minutos antes del final del partido. Una clarísima señal de que la derrota poco importaba. Como tampoco el papel digno que hizo el equipo con mucha juventud en cancha. Es que los pibes, a los que se les sumaron otros tantos con experiencia, hizo todo para maniatar a un Lanús que le costó tomar las riendas. Porque siempre intentó llevarlas Central. Con escasa profundidad, pero con el intento como aliado.

Un zurdazo de Silva que se estrelló en la base del palo izquierdo del Ruso Rodríguez fue todo lo que hizo Lanús en el primer tiempo. Central no fue una tromba ni mucho menos, pero al menos mostró un juego más asociado. Igual, las mejores chances llegaron por arrestos individuales. A los 19' Migone dejó a varios por el camino y su centro encontró la cabeza de Herrera y a los 35' fue Musto quien probó a Monetti. Después de eso casi nada.

A Coudet se le vio en ese primer tiempo bastante fastidioso con el partido de Joaquín Pereyra y por eso en el entretiempo decidió mandar a la cancha a Lovera. Y fue el propio Maxi quien rápidamente (a los 3' del complemento) tiró la diagonal hacia el centro y metió un zurdazo cruzado, contra el palo izquierdo de Monetti.

Apenas un par de pinceladas y lujos del pibe Rivas intentaron fortalecer un juego canalla que nunca pudo consolidarse. Por eso Lanús aprovechó. Primero apareció el Laucha Acosta tras un pase de Silva (15') y una inversión de roles un minuto más tarde. Fue algo así como la sentencia del partido. Porque por más que Central intentó, jamás puso en peligro a Lanús. Y así se cerró la historia. Una más, con derrota incluida. Que no alteró los ánimos porque la atención está en otro lado.