Si hubo un nombre que llamó la atención que no esté en la lista que presentó Daniel Hourcade para el Mundial de Inglaterra fue el de Manuel Carizza. El ex segunda línea del Jockey Club fue convocado para disputar la versión reducida del Rugby Championship de este año y tuvo un correcto desempeño tanto ante Nueva Zelanda como ante Australia, los dos partidos que jugó.
Sin embargo, luego del partido ante los Wallabies, la reciente incorporación de Racing Metro no tuvo más noticias y sólo recibió la orden de entrenarse en su Pladar designado para nunca más regresar a Buenos Aires ni concentrarse con Los Pumas. El Mundial de Inglaterra empezaba a alejarse en el horizonte.
Según relató el propio Carizza al sitio Scrum, “no me lo esperaba después de las dos primeras semanas, cuando jugué en los dos partidos (Nueva Zelanda y Australia) los ochenta minutos, pero sí cuando no me llevaron a Sudáfrica sin decirme mucho y, a la vuelta, cuando José Santamarina (manager deportivo de Los Pumas) me dijo que no me iban a necesitar. Pero después me pregunté: siempre se concentran todos, ¿qué onda? Me dijeron que iban a estar juntos sólo los disponibles para el fin de semana, que me pareció raro. Después terminaron faltando, además de mí, Jero de la Fuente, Cumpa Herrera y Gonza Camacho, que terminó yendo a entrenar”.
—¿Por qué sentís que pasaron estas cosas?
—No tuve el mejor de los diálogos con el staff. No sé por qué, no tengo idea realmente. Lo rugbístico no me molesta. No puedo decir “lleváme al Mundial porque tengo que ir”. Está perfecto que tomen sus decisiones con respecto a los jugadores que eligen. Pero de ahí a manejarse como se manejaron conmigo la verdad... (hace una pausa).
—¿Cómo te enteraste que no ibas a ser parte del plantel?
—Yo me entero por mi cuenta de la lista, no me dicen que me dejan afuera. Le pregunté a Hourcade si tenía que ir o no a Sudáfrica: “El domingo tengo un pasaje, por favor decime si me lo saco o no. No me digas si estoy en la lista, por lo menos decime si tengo que viajar”. Me contestó que todavía no se habían reunido y que apenas sabían algo me avisaban. Todavía estoy esperando su llamado para que me diga que no quedé en Los Pumas para el Mundial. Estaba todo el equipo reunido en el vestuario y yo en Rosario viéndolo en mi casa. Podría haber dicho, “sí, voy”. Pero hubo una chance de que al otro día me fuera a Sudáfrica y debía organizar mi vida de los próximos dos años en un día... una locura. No lo digo porque tengo once años de experiencia en Los Pumas sino porque soy un jugador de rugby y porque me merezco un mínimo de respeto; como todos, desde el chico que recién empezó y tiene un test o el que tiene 120”, dijo.
—¿Creés que no convenciste desde lo rugbístico y por eso se tomó esa decisión?
—No tengo ni idea. Nunca vinieron a hablar conmigo de mi rugby. Nunca hablamos de lo que me faltaba, de lo que tenía que acentuar. Salvo las charlas técnicas de limpieza de ruck y esas cosas, los diálogos one on one que tenemos siempre con los entrenadores. Pero rugbísticamente no me dijeron nada. No tuve dialogo, eso habría que preguntárselo a ellos, porque no tengo ni idea.
—¿Sentís que tu etapa en Los Pumas está terminada?
—Obviamente sí. Me agarra un poco de melancolía por todo lo que viví con la camiseta pero tengo contrato en Francia y las reglas del juego son muy claras. Si no formás parte de la franquicia no podés jugar más en Los Pumas, esa es la única manera que queda para ser seleccionable. Si bien nunca tuve contacto con la franquicia es una decisión de vida ir para allá y estar un año entero en un mismo club, ya con menos viajes... No es la forma que me hubiese gustado despedirme de un seleccionado, de un equipo en donde estuve tanto tiempo. A veces las cosas no pasan como uno quiere y uno tiene que aprender a aceptarlas y a seguir para adelante. Hay cosas mucho peores y esta no lo es. Le deseo lo mejor al equipo de cara al Mundial.