Una cancha en lugar de una terapia en un espacio restrictivo y a pura medicación. Esa podría ser la apretadísima síntesis que explica la experiencia que vivirán 12 jugadores cordobeses de futsal que representarán a la Argentina en el campeonato internacional II Dream World Cup 2018 que se jugará en Roma, entre el 13 y el 16 de mayo próximos. Se enfrentarán a una decena de equipos: 180 pacientes psiquiátricos que practican este deporte como herramienta de rehabilitación. Una experiencia para imitar.
Quienes vestirán la camiseta albiceleste serán Joaquín Brígido, Marcelo Moreno, Adrián Ceballos, Adrián Agüero, Jorge Sakran, José De Mare, Claudio Proffen, Pablo Zorat, Juan Pablo Godoy, Fernando Gottero, Gonzalo Echepare y Franco Poldi.
Tienen entre 18 y 43 años, se están entrenando desde hace varios meses, estarán dirigidos por Néstor Bárcena y contarán con la asistencia de dos psicólogos y el médico psiquiatra Raimundo Muscellini, director de la Casa Club Bienestar, que forma parte del proyecto de la Asociación Cordobesa de Ayuda a la Persona Portadora de Esquizofrenia y su Familia (Acapef). La entidad tiene "un enfoque integral innovador" del tratamiento de la esquizofrenia.
Se trata de un encuentro internacional que se inició en Osaka (Japón), en 2016, y que dura cuatro días. Además de Argentina participan Chile, Francia, Japón, Italia, Perú, Senegal, España, Ucrania y Hungría: más de 100 organizaciones _incluidas asociaciones deportivas, centros de salud y federaciones en los diversos países participantes_ que fomentan al fútbol como práctica de rehabilitación psiquiátrica, durante el 40º aniversario de la ley Basaglia (que hace referencia al psiquiatra italiano Franco Basaglia, conocido por su denuncia pública de las condiciones inhumanas de los manicomios y propugnar a su clausura paulatina).
Argentina, con el mismo sentido antimanicomial y bastante después, en 2010 promulgó la ley nacional de salud mental (26.657), un avance clave para el reconocimiento de las personas con padecimiento mental como sujetas de derecho y para la sustitución del manicomio por tratamientos dignos.
La norma, que fue violentada en noviembre del año pasado, por el gobierno de Mauricio Macri con un decreto regresivo que generó controversias y debates, ocasionó movilizaciones y reclamos de la comunidad de la salud mental que rechazó el nombramiento de Andrew Blake, ferviente opositor a la ley, como director nacional de Salud Mental y Adicciones. Su lugar finalmente fue ocupado por Luciano Grasso y la ley espera aún su implementación.
Desde el equipo de futsal, Muscellini explicó a los medios gráficos y radiales que el centro de salud que encabeza se dedica a la rehabilitación de personas que tienen trastornos mentales severos, como esquizofrenia, trastornos esquizoafectivas, son psicóticos o padecen trastornos postraumáticos o bipolaridad. "En este momento están en reintegración social, laboral y deportiva, porque hace más de 10 años se demostró que todos los deportes, fundamentalmente la natación, ciclismo y fútbol, aumentan la vascularización y mejoran la integración social, la autoestima y el sentimiento de competencia de los pacientes", dijo.
Según el médico, quienes vienen haciendo deporte hace tiempo registran "mejoras en su estado de ánimo, mayor capacidad para organizar horarios, más compromiso y predisposición y habilidad para conformar una red social y recuperan la capacidad de poder integrar un equipo más allá del estigma del trastorno".
El profesional es crítico al momento de referirse al deporte para discapacitados porque sostiene que en Argentina se estimulan disciplinas para personas con dificultades psico-neuro-motrices, pero no hay espacios "validados y sistematizados" para pacientes psiquiátricos. Es más: sostiene que los pocos logros que hay son "todos individuales".
En ese sentido, toma como ejemplo a un país como Italia, donde la liga destina parte del presupuesto para el fútbol que practican los pacientes psiquiátricos.
Hace unos meses se estrenó el documental "Locos por el fúbol" (ver aparte), que relata los detalles del trabajo del italiano Santo Rullo, impulsor del deporte como una herramienta de rehabilitación psiquiátrica.
A Rullo le gusta graficar las claves de la terapia con la idea de que un equipo de fútbol es un grupo social en el que cada individuo juega un papel, cada uno tiene una función social; las reglas y las relaciones son lo más importante.
"Así, cuando una persona aislada y excluida se incorpora a un equipo aprende a vivir en una comunidad más amplia", dice el facultativo italiano. Y finalmente asegura que con la terapia futbolística "los pacientes necesitan menos medicación".
Como todos los deportistas amateurs este equipo de futsal, de representación internacional, necesita ayuda económica para viajar. Por lo tanto, los que los dirigen ponen a disposición de quienes quieran darle una mano los datos bancarios. Caja de ahorro del Banco de la Provincia de Córdoba: 2250876600 y CBU 0200922711000050876608.