Cuando la conformidad pasa por ganar un partido en un campeonato eso es un síntoma de resignación. Casi de entrega absoluta. De que a esta altura sólo importa una sola cosa después de tantas pálidas y sinsabores. Ya no importa el paso que se dé en el camino del campeonato, en el que Newell’s aparece empantanado, en los dos próximos juegos, si no lo que suceda en el partido de la vida o considerado de salvación frente a Central, en la fecha doce. Hubo una reducción del valor dentro del fútbol a un partido. Al menos eso es lo que sentenció el hincha el domingo en el Coloso. E incluso cuando el equipo estaba superando a Aldosivi. Por supuesto que la sentencia se acrecentó más tarde cuando el Tiburón se devoró un empate del Parque y se fue conforme con el resultado.
Cuando aparece la sumisión es porque el pueblo, en este caso el leproso, aminoró sus reclamos en los encuentros que debe disputar su equipo. Salvo en uno que es innegociable. Ese que deberá disputar frente a Central, en el Coloso, dentro de tres fechas. La mirada a esta altura no está puesta ni en Argentinos Juniors, rival del domingo, o Huracán, en la siguiente fecha. No, la espera está centrada en el Canalla. Y es ahí que hubo un pedido cargado de exigencia como siempre sucede, más dentro de este cuadro de situación en el que Newell’s se acostumbró a no ganar. Y los números así lo reflejan, porque en nueve encuentros sólo venció en una oportunidad con la goleada frente a Racing por 5 a 0 y con Juan Pablo Vojvoda sentado en el banco de suplentes en forma interina.
Hoy vencer a Rosario Central e intentar desterrarlo de la posibilidad de pelear por el título es la única misión que le queda a la Lepra. O al menos esa es la sensación que se instaló en el Parque de la Independencia. El público siempre habla y lo hizo de manera contundente el domingo una vez más, como también había sucedido en la previa al choque con el Canalla en el Gigante de Arroyito. Y ahora se intensificó después de varios encuentros sin poder doblegar a su eterno rival y también por esta racha sin poder superar a ningún oponente, salvo la Academia.
Ante la pobreza dirigencial, futbolística y de cosecha de puntos el consuelo leproso pasa por arruinarle el andar a sus eternos rivales en esa búsqueda de consagración en el certamen. Ese es el objetivo planteado fuera del terreno de juego, donde se expresan los hinchas más allá de que obviamente para el plantel la misión debe ser ganarle a cualquier rival que le toque enfrentar de aquí al final del torneo. Porque todos los juegos tienen igual premio: tres puntos. Por supuesto que el choque con el auriazul tiene tres unidades en disputa, pero a la vez hay otros premios externos que influyen para que sea el encuentro de la salvación leprosa. El que entregaría una dosis de tranquilidad y cierta paz dentro de un clima plagado de cuestionamientos que viene atravesando Newell’s en todas las áreas, dirigenciales y deportivas.