Central tiene a priori una ventaja competitiva con respecto a la mayoría de los que animarán el próximo torneo. Mantuvo la base y además sumó varios soldados con una marcada experiencia en el campo. La primera lectura invita al hincha a soñar para esta nueva temporada, en la que todo el pueblo canalla está esperando el plato fuerte del semestre: la vuelta a la Copa Libertadores. Claro que también sufrió dos bajas importantes. Claves desde lo táctico con todo lo que eso representa en el pizarrón del técnico Eduardo Coudet. Ya no están Mauricio Caranta ni Nery Domínguez. Sin embargo, los auriazules parecen gozar de buena salud para afrontar lo que vendrá en un breve período.
La casa está en orden, pese a que el origen de la frase está relacionada a la rebelión militar de Semana Santa de 1987, que marcó un punto de inflexión en el gobierno de Raúl Alfonsín. Pero en Arroyito se respira un aire de esperanza. Sobre todo con el rearmado del plantel para esta campaña, en la que el club puso toda la carne al asador y ahora espera ver resultados. Porque el fútbol se rige por las leyes naturales de los resultados.
No obstante, sumó pensando en grande. Para ver si puede ganar algo de una buena vez. Sobre todo luego de haber arañado la Copa Argentina en noviembre pasado y haber sido uno de los principales protagonistas en el torneo local. Fue así que llegaron el arquero Sebastián Sosa, los defensores Esteban Burgos y Mauro Cetto. Los volantes Rodrigo Battaglia y Gastón Gil Romero y el delantero Germán Herrera.
Además el club logró mantener, luego de algunas ida y venidas, a los destacados laterales Pablo Alvarez y Cristián Villagra. También compró el pase de Damián Musto a Olimpo. Le prolongó el vínculo a Javier Pinola, quien estaba en el radar de River desde que llegó de Alemania prácticamente.
También les estiró los contratos al Melli García y al pibe Gio Lo Celso, quien pinta para seguir hasta junio debido a que en Europa lo están siguiendo clubes importantes de primera línea. Y ni hablar que sacudió el mercado argentino al comprarle el pase del goleador Marco Ruben a Dimano Kiev de Ucrania, en una cifra poco usual para este devaluado fútbol nacional.
Claro que tuvo dos bajas que puede sentir y sufrir. Nery Domínguez fue el mejor volante central del fútbol argentino en 2015. Pero terminó emigrando a México porque, en primer lugar, la dirigencia se tomó su tiempo para prolongarle el vínculo que caducaba en junio de este año, como también tardó en escuchar al jugador para mejorarle el contrato.
Cuando se quisieron poner al día, fue tarde. Buscar culpables ahora es como llorar sobre la leche derramada. Si bien su salida le dejó poco más de un millón de dólares, lo cierto es que desde lo futbolístico el club se quedó sin una pieza fundamental. Otra ausencia notoria es la de Mauricio Caranta luego de algunas divergencias con la directiva.
Más allá de esto, Central hizo todo desde lo institucional como para darle al técnico las herramientas necesarias para que construya algo firme en Arroyito. Invirtió pensando en nutrirse de un título. Ahora será turno del Chacho Coudet hacer una buena administración. Porque no sólo le mantuvieron el plantel sino que además se lo reforzaron en todas las líneas. Y esto, en el mercado actual, es una ventaja que no todos los clubes pudieron cumplir.