Crónica de rostros felices. Christian Ledesma, el imbatible del fin de semana, ahora la mayor amenaza para Matías Rossi, cuando antes de Rafaela parecía un campeonato reservado para dos: el Granadero y Facundo Ardusso. El Gurí Martínez, por su vigencia a los 50 y pico, porque fue agresivo todo el fin de semana y se bancó un auto descargado de alerones cuando si por él por fuera "los hubiera puesto hasta en el techo" en el Ovalo veloz pero mutilado de chicanas de Rafaela. Emiliano Spataro, justo el compañero del parejense, quien estaba para ganar y se lució por primera vez en el año. Y el Tati Juan Marcos Angelini, uno de los dos representantes zonales, porque si bien abandonó a 2 vueltas del final cuando estaba para el podio, clasificó a la Copa de Oro y viene en alza. Se podría agregar el conformismo del propio Rossi, por asegurar su primer lugar de la fase regular, y el de Mariano Werner, quien parió por cometer todos los errores posibles y entró por la ventana casi.
Crónica de rostros tristes. O mejor dicho, "del rostro triste" del fin de semana. El de Ardusso, el otro piloto de la región, que también está en la Copa para orgullo del automovilismo zonal, pero que tenía motivos para irse tan mal que, pese a llegar a Rafaela con chances de ganar la etapa regular, se fue diciendo claramente: "Así no somos candidatos al título". Es que su Dodge, omnipresente como el Chevrolet de Rossi, inició el declive en Olavarría y ayer lo consumó rompiendo el motor a tres giros del final. Justo adonde apuntó claramente como la causa de esta debacle que hace cierta su preocupación. Así, será difícil volver a colgarse el rótulo de candidato.
Ledesma sólo perdió la punta a la entrada de la primera chicana, luego del relanzamiento a 6 vueltas del final, cuando Spataro lo pasó brevemente pero enseguida recuperó el lugar. Fue un final apasionante de una carrera lineal, porque Martínez y Angelini también fueron por la punta y porque los que peleaban por entrar a la Copa se jugaron el todo por el todo, como Mauro Giallombardo, que llegó 4º pero fue penalizado por su exceso con Leonel Sotro.
Esa fue una de las carreras del Ovalo. Donde Angelini, de 9º que largó, arrimó hasta el 3º puesto y amenazaba con vengarse de la sanción del comisariato deportivo, que en la serie lo obligó a dejarle el 2º lugar al Gurí por supuesto barrido de pista que no fue tanto. Y cuando estaba en eso, el motor lo traicionó. Igual, no podía ocultar su alegría: "Cuando abandoné pensé que alguno me podía pasar para la Copa, pero al llegar a boxes me enteré que había clasificado. Estoy muy feliz", dijo el Tati a Ovación. Además, porque "recuperamos el auto y está de nuevo competitivo".
La otra carrera fue de los que llegaron peleando el primer lugar. Rossi no arriesgó nada y se conformó con andar para llegar bien. Fue 11º y a otra cosa. En cambio Ardusso se dio cuenta desde el viernes que no estaba para más. En la serie partió atrás y alcanzó el 6º lugar, hasta que la Dodge se le fue de las manos en la última vuelta, quedando 12º. "El auto se comportó rarísimo", dijo entonces. Largó 35º y avanzó mucho, hasta el 20º lugar, pero el motor lo dejó de a pie. Y luego reconfirmó sus sensaciones del sábado cuando le apuntó a Ovación que el auto "es un desastre".
"Me voy muy preocupado. Así no podemos pelear nada", acusó. El enojo del piloto de Las Parejas tiene que ver con que Fabián Giustozzi abarcó más atenciones de motores (sumó a Matías Rodríguez y Leandro Mulet en TC, y a Ramiro Galarza en TCP) y no estaría cumpliendo con la palabra de exclusividad, ya que sólo se ocupaba de su impulsor, y el de Juan Martín Bruno en TC Pista. En el rolo anduvo bien, pero en pista... Y además se rompió.
Tanto penó Ardusso que Ledesma le sacó el 2º lugar de la etapa y de la Copa. Viendo lo que pasó en Rafaela, hasta Angelini, con 8 puntos menos, parece quedar mejor armado para las 5 carreras que faltan. Impensado, pero así parecen estar hoy por hoy las cosas.