Djokovic consiguió un triunfo épico ante Nadal y retuvo el cetro del primer Grand Slam

Novak Djokovic continúa dominando la escena del tenis mundial. Ayer el serbio se adjudicó el Abierto de Australia, primer Grand Slam de la temporada, tras derrotar en la final a Rafael Nadal, en cinco sets: 5/7, 6/4, 6/2, 6/7 (5) y 7/5, después de un maratónico encuentro que se extendió durante 5 horas y 53 minutos.

Mucho calor, alta humedad y nada de viento completaron el panorama de un partido cuyo tramo final se disputó con el techo cerrado, algo que sucedió por primera vez en una definición de Grand Slam.

En el primer set, el español se mostró más sólido y con su zurda manejó distintos ángulos, y generó daño con sus pelotas profundas. Por eso se quedó con el parcial por 7/5.

Pero Nole reaccionó en el segundo y tercer capítulo. Obligó a su adversario a jugar muy atrás y a fallar varios tiros desde el fondo, para dar vuelta el marcador. Ganó sucesivamente por 6/4 y 6/2.

Más allá de que ambos se prodigaban de manera notable, el camino parecía allanado para el serbio, cuando ganaba por 4/3 en el cuarto segmento y llevaba una ventaja de 0-40 con el saque del español. Pero Nadal, con el espíritu que lo caracteriza, volvió a vivir: recuperó la desventaja, se quedó con el game, niveló la pizarra y llevó la lucha a un quinto y decisivo parcial.

En el tramo definitorio, a pesar de que el cansancio se adueñó de ambos, los dos entregaron lo mejor de su variado repertorio. El encuentro estuvo, en el cierre, para cualquiera de los dos. Cuando el partido asomaba igualado 5-5 en el último set, Djokovic aprovechó esa “fuerza interior” ligeramente superior a la de Nadal, para quebrar el servicio del mallorquín y pasar a ganar por 6-5.

En el último game, el serbio definió el pleito con una derecha y cosechó el título 29 de su campaña.