Ocho días después de someterse a una operación de un edema craneal, Diego Armando Maradona recibió el alta clínica, dejó el nosocomio de Olivos y se instaló en una casa especialmente en Nordelta, en la zona norte del conurbano bonaerense, donde continuará su recuperación.
Poco antes de las 18 de este miércoles, Diego dejó la clínica Olivos en una ambulancia, después de que su médico personal, Leopoldo Luque, confirmara que él mismo había firmado el alta médica. Antes de una hora estaba en la casa de Tigre.
Maradona fue operado el martes 3 de noviembre de un edema craneal que se le detectó un día antes, cuando había sido internado en otra clínica por una descompensación que le había provocado la ingestión de psicofármacos y bebidas alcohólicas.
La recuperación en forma ambulatoria continuará en una casa de un barrio cerrado en el norte de Buenos Aires bajo la custodia de sus hijas mayores y médicos.
"Maradona vivió el peor momento de su vida. Es un milagro que se haya detectado este accidente que podría haberle costado la vida. Está completo", dijo su abogado, Matías Morla.
El estado de salud del ex jugador había despertado preocupación durante las celebraciones por su 60º cumpleaños, cuando mostró dificultades para caminar. Finalmente, un día después se decidió llevarlo a una clínica de La Plata donde ya se había sometido anteriormente a chequeos y las primeras informaciones hablaron de un cuadro de anemia, descartando que hubiese alguna relación con coronavirus.
Finalmente y tras varias imprecisiones sobre lo que le estaba pasando al técnico de Gimnasia, su hijo confirmó lo sucedido: "Creo que se dio un golpe en casa, y sólo el lunes, después del TAC, descubrieron el edema", dijo.
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