La situación causó curiosidad en los presentes, pero muy pocos se percataron de la búsqueda estéril
de una pareja de ancianos que estaba caminando por Parque Camet. Los susodichos frenaron su andar
cerca del micro que trasladó al plantel de Central hasta el lugar y Carlos le dijo con énfasis a su
esposa que interrumpiera momentáneamente la caminata. El motivo era conseguir un autógrafo de
Martín Palermo. Leyó bien, el delantero de Boca. Por eso el hombre se paró lo más cerca posible del
tropel canalla y flor de desilusión se llevó cuando vio que el grupo que estaba entrenando era el
de Central y no el que ahora dirige Carlos Ischia.
¿No es el plantel de Boca el que está entrenando?, preguntó. Ante la
obvia respuesta, justificó su equivocación. “Me los confundí porque tienen los mismos
colores. Qué lástima, pensé que hoy era el día para cumplir el sueño de tener una firma de
Palermo”, siguió el bueno de Carlos.
Eso sí, antes de seguir con su rutina matinal recibió la oferta de uno
de los hinchas presentes que vio toda la parodia. “Bueno, no tendremos a Palermo, pero en el
cuerpo técnico está el Pirata Czornomaz, que también es alto y convirtió algún golcito”,
intentó consolarlo.
Como era de esperar, Carlos no aceptó el cambio y partió con un interrogante dándole vueltas
por la cabeza. ¿Quién será ese Czornomaz?, se fue diciendo en voz bajita. l