No fue el mismo Juan Martín Del Potro que alcanzó un triunfo sensacional sobre Roger Federer. Durante estos días se habló y resaltó su drive, apodado el martillo, pero ese golpe no apareció en esta ocasión con la misma eficacia. El español Rafael Nadal no tuvo contemplación con el tandilense y lo dejó afuera de la definición del Abierto de los Estados Unidos. La caída de la Torre fue por 6/4, 0/6 y 3/6, 2/6.
Nadal definirá mañana el título contra el sudafricano Kevin Anderson. Del Potro se quedó con las ganas de acceder a la segunda final de este Grand Slam, luego de coronarse en la edición 2009.
La profundidad y potencia con la que jugó Del Potro fue un problema para Nadal. En el tercer game, el tandilense estuvo cerca de quebrar, algo que concretó en el quinto. Fue en su segundo y último punto de quiebre que dispuso en ese set, contra ninguno del español.
Del Potro fue exigido en forma permanente a pegar de revés, a partir de la estrategia de Nadal de que utilice su golpe menos apto. Pero la Torre se las ingenió para ubicar la pelota en lugares incómodos, algo que sorprendió al ibérico.
Con el drive, Del Potro pegó con la potencia acostumbrada y movió de un lado a otro a un Nadal incómodo, cuyo rostro delataba que no estaba a gusto con lo que hacía. El primer saque fue otra virtud del tandilense para llevarse en el set inicial.
Pero el primer servicio le comenzó a fallar al tandilense en el segundo set y no pudo asumir la iniciativa. Tampoco acertó con la derecha. Entonces quedó a merced de los tiros precisos y potentes de Nadal. La agresividad del español era notoria. Tuvo 13 tiros ganadores contra apenas 2 del tandilense.
En un suspiro se le fue el set a Del Potro. Lo perdió a partir de tres quiebres del español, en el segundo, cuarto y sexto game.
Del Potro siguió a merced de Nadal en el set siguiente. Le quebró el saque en el segundo game. Conservó el saque en el cuarto y quedó abajo 3-1. Debieron pasar nueve games para ganar un juego.
De un lado al otro debió desplazarse Del Potro a partir de la estrategia de Nadal de moverlo sin darle respiro. Lo peor que le pudo pasar al tandilense es tener que desplazarse para pegar. Fue consecuencia de que nunca pudo forzar a su rival. Siguió flojo en el saque y en la recepción.
El noveno game derivió en un nuevo quiebre que sufrió Del Potro, y por consiguiente la pérdida del tercer set.
Del Potro se encontró con una aplanadora. El alto nivel de Nadal no cesó un instante desde el segundo set. La agresividad con la que jugó no le dio casi chances a la Torre, cuyo saque volvió a ser quebrado en el tercer y quinto game del set decisivo.
Del Potro se mostró impotente para contener la actuación sin fisuras de Nadal. Se quedó sin final, pero considerando la jerarquía del rival y lo que hizo previamente, cumplió con creces en Nueva York.