En su camino a la cima del tenis mundial, el argentino Juan Martín del Potro no lucha solamente
contra rivales como Roger Federer o Rafael Nadal, sino también contra los peligros que enfrenta una
joven estrella fuera de los courts, como admitió el propio jugador en una entrevista publicada hoy
por “L'Equipe”.
El ganador del último US Open admitió que no estaba preparado para las consecuencias de una
victoria semejante a la de Nueva York y que el “huracán mediático” que acecha a los
triunfadores no preparados puede ser “verdaderamente desestabilizador”.
“Yo imaginaba perfectamente que una victoria en un Grand Slam exigiría mucho tanto física
como mentalmente, pero no estaba preparado para el 'después'”, dijo el tenista de 21 años de
edad al diario deportivo francés, pocas horas antes de su debut en el torneo Masters 1000 de
París-Bercy.
Del Potro habló de la “locura” que enfrentó en su patria luego del triunfo en Nueva
York: “Casi ni vi a mis padres y a mi hermana, fue surrealista, recién en el avión a Tokio
pude descansar un poco”, contó.
“Cuando llegué a Argentina, todo un país entero me esperaba, fue enorme. Tuve que dar
conferencias de prensa, hacer sesiones fotográficas, participar de programas de
televisión...”.
Entretanto, Del Potro entrenó en Buenos Aires en una cancha cubierta privada, para escapar a
medios y fans. “Me aislé, me hice bien pequeño”, bromeó, agregando que en las últimas
semanas pudo prepararse adecuadamente para el final de la temporada, pero que aún sufre de cierto
cansancio
“Quiero terminar bien la temporada, aunque no me sienta aún totalmente en forma. Quiero
jugar bien aqui en París y sobre todo en el Masters”, aseguró, agregando que en primer lugar
tenía que adaptarse a las bajas temperaturas reinantes en la capital francesa.
Con los 62 partidos que disputó este año hasta Bercy, Del Potro tuvo su temporada más cansadora.
“Nunca jugué tanto”.
Todo lo que vivió este año, para del Potro fue un “aprendizaje”, una
“experiencia enriquecedora” que debe aprovechar para mejorar aún más. Le apunta, lo
admite, a los más alto de la jerarquía en el otrora “deporte blanco”.
“Sé que no puedo quedarme parado. Intento copiar los ejemplos de Federer o Nadal. Ellos,
luego de una victoria en un Grand Slam, no pierden en primera ronda, como me pasó a mi en
Tokio”.
Contó que en el futuro va a destinar más tiempo a la preparación de su calendario de torneos,
para ahorrar energía, y que quiere continuar aprendiendo, porque, al fin y al cabo, dice,
“sólo tengo 21 años”.
El argentino reveló a “L'Equipe” que se dio cuenta que tiene “lo que hace
falta para enfadar a los mejores”, pero que tiene que “ganar en regularidad”.
“Fue una temporada casi perfecta hasta ahora”, remató. “Será perfecta si gano el
Masters”.