En un partido en el que nunca estuvo cómodo ni tuvo la lucidez necesaria para quebrar a un rival que esperó ordenado en defensa, River cayó derrotado 1-0 por Cruzeiro en el Monumental y, después de la clasificación polémica en el superclásico, complicó su pase a las semifinales de la Copa Libertadores.
Con esta derrota, River se ve obligado a ganar en Belo Horizonte el miércoles por un idéntico marcador para ir a los penales o bien conseguir un triunfo por cualquier otro resultado para avanzar a semis.
Arrancó mejor Cruzeiro, sobre todo en los primeros 5', cuando se aprovechó de algunas dudas de la defensa local y tuvo dos chances claras, pero las definiciones de Manoel y Henrique se fueron arriba del travesaño.
Pasado el vendaval inicial, River se recuperó y, de la mano de un Ponzio que otra vez fue clave con su entrega al igual que en la serie ante Boca, se instaló en campo rival.
Sin embargo, el ritmo frenético del partido contagió a los futbolistas, que estuvieron poco claros. El único que se destacó un poco fue Rodrigo Mora, inquieto para moverse por todo el frente de ataque, y con claridad para asistir a Teófilo Gutiérrez.
Tan sólo dos chances para marcar tuvo River, pero sus delanteros fallaron: primero erró el uruguayo tras un centro de Carlos Sánchez y luego el colombiano, después de ser asistido por el propio Mora.
Sin un creador de juego nato, River no tuvo claridad en la mitad de la cancha porque ni Sánchez ni Martínez desbordaron por sus carriles y por eso se vio una excesiva dependencia de Ponzio, corajudo para atacar aunque con limitaciones.
En el complemento nada cambió y Gallardo decidió romper el doble cinco, que tanto resultado le había dado ante Boca, pero que ante un rival que se defendió más que el xeneize no le brindó la claridad necesaria para romper el cerco. Ya con Pisculichi y Mayada por Martínez y Ponzio, River no consiguió ese juego que buscó el DT e incluso Cruzeiro tuvo la ocasión más clara, pero Vangioni salvó en la línea un tiro de Willian.
Algo mejoró el local cuando ingresó Cavenaghi porque el delantero le aportó bastante movilidad a un ataque que estaba estático. Una combinación con Teo derivó en un remate del colombiano que se fue por encima del travesaño y un tiro del propio Cave tras una buena jugada colectiva fue bien tapado por el seguro Fabio.
El tiempo le terminó jugando en contra a un River que, con un Pisculichi muy bajo, no encontró al hombre capaz de abrir el cerrojo visitante. Y cuando parecía que la igualdad era cosa juzgada, un mal rechazo de Mammana (había sido uno de los mejores) terminó con una pelota suelta en el área y, ante una defensa pasiva, Marquinhos empujó la pelota al gol. Y River quedó muy complicado.