Paraguay logró la hazaña de clasificar a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 al vencer 5 a 3 en la definición por penales a Japón, luego de igualar sin goles en el tiempo reglamentario y también durante los 30 minutos de alargue.
Paraguay logró la hazaña de clasificar a los cuartos de final del Mundial de Sudáfrica 2010 al vencer 5 a 3 en la definición por penales a Japón, luego de igualar sin goles en el tiempo reglamentario y también durante los 30 minutos de alargue.
Barreto, Barrios, Riveros, Valdez y Cardozo mostraron una eficacia del ciento por ciento en la ejecución de los cinco penales, mientras que Komano erró el tercer envío de los japoneses al estrellar la pelota en el travesaño.
Paraguay, que por primera vez en su historia llega a cuartos de final, ahora jugará nuevamente el sábado a las 15.30.
Estaba claro en la previa que haberles pedido a Paraguay y Japón que armen un gran partido parecía algo pretencioso, pero al menos los seleccionados de ambos países bien podían haber jugado un encuentro con mayores atractivos, porque el trámite fue por momentos soporífero.
De los 22 jugadores que salieron a la cancha sólo el argentino Néstor Ortigoza no se equivocó en los pases. A los demás costó acertarle a un compañero a dos metros de distancia.
Pero hubo otras cuestiones llamativas del partido que paraguayos y japoneses protagonizaron ayer, porque se dio en la primera etapa el mundo del revés, porque los asiáticos buscaron por arriba y los sudamericanos por abajo, cuando una de las armas letales de los guaraníes siempre fue el juego aéreo.
En el primer tiempo hubo dos llegadas por lado, una clara tuvo el argentino Lucas Barrios, pero salvó el arquero, y el travesaño evitó que Japón se pusiera en ventaja luego de un remate de Matsui.
El equipo de Martino intentó generar un circuito de juego a través de Ortigoza y Edgar Benítez, pero este último fracasó y lo reemplazó en el segundo tiempo.
Si el primer tiempo del partido fue malo, el segundo fue peor, un verdadero canto al aburrimiento. Entre las vuvuzelas, la falta de coordinación de movimientos de los dos equipos y la poca esperanza que haya un gol se fue sumiendo este encuentro.
Martino sacó de la cancha a Ortigoza en un cambio poco extraño porque el volante central de Argentinos era el mejor de la albirroja.
Si Paraguay con su mejor jugador en la cancha, Ortigoza, no llegaba al arco rival, sin él mucho menos, encima también perdió en marca y anticipo.
Desde que empezó hasta que llegó la hora de los penales la sensación siempre fue que ninguno iba a hacer un gol. Y un momento los espectadores en Pretoria hasta dudaron que los pudieran marcar desde el remate de los doce pasos.
Indefectiblemente se llegó al tiempo suplementario, donde los miedos y la mediocridad siguieron diciendo presente, pese a que Paraguay en los pies de Nelson Valdez, en el inicio y luego de un pase de Morel Rodríguez, tuvo el primer gol pero tapó bien el arquero.
Japón respondió intentando atacar, pero todo siguió igual. La realidad es que se enfrentaron dos equipos sin ideas, sin fútbol y por eso tuvieron que ir a los penales para definir la historia. Y ahí los sudamericanos no fallaron y por eso se quedaron con la victoria.