Hay jugadores que suelen encontrar su lugar en el mundo. Y cuando lo hacen sacan lo mejor que
tienen adentro. Damián Díaz puede dar cuenta de eso. Después de saltar al fútbol grande con la
camiseta de Rosario Central, el Kitu pasó a Boca en el trueque con Andrés Franzoia que los canallas
hicieron con los xeneizes (cada club posee el 50 por ciento del pase de ambos futbolistas) y allí
no pudo demostrar su fútbol. Pero la falta de continuidad lo llevó a aceptar la propuesta de
Universidad Católica de Chile y hoy no hace otra cosa más que disfrutar de todo lo bueno que vivió
durante los últimos seis meses del otro lado de la cordillera. Es que pese a que no se le dio el
título (perdieron la final con Colo Colo) convirtió 11 goles y, tal vez lo más importante, fue
elegido como el mejor jugador del fútbol chileno. “Estoy muy contento. Fui a buscar
continuidad y me salió todo redondo”, comentó el volante ofensivo en diálogo con Ovación. Y
apuntó: “Haber sido elegido el mejor jugador del campeonato es un orgullo enorme”.
“A Chile fui a buscar continuidad y me encontré con un grupo de jugadores que querían
pelear el campeonato, que sabían lo que estaban jugando. Una vez que fueron pasando las fechas
comenzamos a hacer buenos partidos y de a poco fui acostumbrando mi cabeza a que podíamos lograr el
título. Nos faltó muy poquito”, sentenció el Kitu.
—¿Te costó adaptarte al fútbol chileno?
—La verdad es que todo fue como un sueño. Pensé que iba a arrancar de a poco porque
necesitaba fútbol, pero a medida que fueron pasando los días y los entrenamientos me fui sintiendo
cada vez mejor. Al final terminé haciendo un campeonato muy bueno. En lo personal me sirvió
muchísimo.
—¿Cuando te fuiste de Boca, lo hiciste convencido del paso que ibas a dar?
—Sí, porque siempre traté de tomar el lado positivo, aunque sabía que iba a ser un
cambio importante. En Boca nunca tuve la continuidad que quise y en ese momento consideré que
necesitaba cambiar de aire. Por suerte todo salió de la mejor manera porque jugué, hice un buen
torneo y convertí varios goles. Me fue muy bien y estoy muy agradecido al club.
—¿Lo de Boca te quedó como una cuenta pendiente?
—Sí, porque si hubiese hecho un buen torneo en Boca seguramente las cosas hubieran sido
diferente, pero nunca tuve la oportunidad y eso así se hace complicado, tanto para mí como para
cualquier jugador. Igual son cosas del fútbol y hay que tomarlo con calma. Me banqué seis meses sin
hablar y sin llevarle la contra a nadie. Lo único que traté de hacer en todo ese tiempo fue
entrenar de la mejor manera. Después, el técnico (Carlos Ischia) casi siempre eligió a otro.
—¿Qué cambios importantes notaste de un fútbol a otro?
—En el fútbol no tanto. Notás una diferencia en que por ahí te toca jugar con poco
público, cosa que en Argentina no pasa porque acá las canchas se llenan. En lo futbolístico el
nivel es bastante competitivo y hay grandes jugadores.
—La prueba de todo lo bueno que hiciste en Chile es que te aparecieron muchas ofertas,
en especial de clubes del fútbol mexicano.
—Se habló mucho. Pero no me quiero ir ahora. Ojalá me pueda quedar porque me trataron
de la mejor manera, desde los dirigentes hasta los masajistas. Me siento muy cómodo. l