La inédita superfinal de la Copa Libertadores de América, que pondrá a River y Boca cara a cara en el estadio Bernabéu de Madrid, poco a poco va tomando temperatura en la capital española. Lo que se preveía como una verdadera fiesta del fútbol y terminó en bochorno el sábado 24 en Buenos Aires, cuando el partido no pudo jugarse por gravísimos incidentes, retoma vida a 10 mil kilómetros de Argentina, con condimentos más que especiales. Sobre lo estrictamente futbolístico nadie tiene precisiones de cómo formarán los equipos, ya que los entrenadores apelan al hermetismo y probablemente recién mañana, si es que lo hacen, confirmarán los once.
Ayer fue día de atención a la prensa para ambos planteles y entrenamientos livianos, especialmente de River, que arribó en la madrugada española. Las puertas se abrieron para la prensa argentina e internacional que se sumó con mucha expectativa a esta cobertura, pero ya desde hoy no podrán hacerlo. Directamente todas las dudas quedarán develadas el domingo, a las 16.30 de Argentina, cuando se desarrolle la finalísima tan dilatada que proclamará a un campeón.
"Es una sensación rara jugar una final de Libertadores en el Bernabéu", reconoció Carlos Tevez en un encuentro con los periodistas. "Ya cansa hablar de todo lo que pasó. Creo que es importante tener la cabeza bien puesta y tratar de enfocarse lo más rápido posible. Para nosotros, los jugadores, es raro jugar un final en España. Es difícil concentrarse en un partido", agregó el Apache, quien señaló como "tres locos detrás de un escritorio" a los dirigentes de la Conmebol, por la decisión que tomaron de trasladar el partido más importante de Sudamérica al Viejo Continente.
Wilmar Barrios, el colombiano que es pieza clave en el equipo xeneize, señaló: "Lo que pasó (de los incidentes y demás) quedó atrás. Es un partido muy importante y en una cancha como esa. Que sea un buen espectáculo".
En cuanto a lo futbolístico, la presencia del delantero Sebastián Villa o del juvenil mediocampista Agustín Almendra sigue siendo la principal duda del técnico de Boca. Aunque por el otro extremo parece cada vez más segura la presencia de Cristián Pavón, recuperado del desgarro que lo habría dejado al margen del partido en el Monumental que debía jugarse el 24 y luego postergado al 25, pero tampoco disputado.
El probable equipo inicial: Esteban Andrada; Julio Buffarini, Carlos Izquierdoz, Lisandro Magallán y Lucas Olaza; Wilmar Barrios; Villa o Almendra, Nahitan Nández, Pablo Pérez y Cristian Pavón; Ramón Abila.
Los jugadores de River, por su parte, se mantuvieron en un discurso muy tranquilo y homogéneo anclado en hacer todo lo posible para darles a sus hinchas la alegría que esperan. Es que, en el Bernabéu, el millonario va a jugar con público a favor y en contra, cuando en la ida 2-2 en la Bombonera jugó con la cancha plenamente en contra. Es decir no sólo le sacaron la localía del Monumental sino que también le variaron las condiciones con su adversario.
"Después de tanta espera ya estamos a poco de jugarla (a la final) que es lo que queríamos y con la mente en positivo de que podemos hacer las cosas bien, estamos bien de ánimo y en lo futbolístico", advirtió Jonatan Maidana, el subcapitán millonario, quien resaltó que "el que haga las cosas mejor se llevará el título, será un partido con mucha intensidad, mucha fricción y seguramente hasta el minuto noventa va a ser así porque somos dos equipos que por algo llegamos a la final".
River formaría con el mismo equipo que jugó con Gimnasia la semifinal de Copa Argentina. Es decir: Franco Armani; Gonzalo Montiel, Jonatan Maidana, Javier Pinola y Milton Casco; Enzo Pérez y Leonardo Ponzio; Ignacio Fernández, Exequiel Palacios y Gonzalo Martínez; Lucas Pratto.
El ex Newell's Ignacio Scocco fue exigido ayer mientras sus compañeros hacían un trabajo regenerativo, lo que alimenta sus ganas de, al menos, ocupar un lugar en el banco de suplentes, al igual que Juan Fernando Quintero y Rodrigo Mora.