Ya no hay otra manera de analizar el presente en Central que no sea con la Copa Libertadores entre ceja y ceja. Es el único flanco abierto que tiene el equipo de Eduardo Coudet de aquí a la finalización del semestre y en el que, ya desde hace un par de semanas se apostaron todas las fichas. Ocurre que el certamen internacional entró en el terreno sinuoso, donde el mínimo error se paga con la eliminación. Por eso la importancia de lograr que Atlético Nacional hoy no le resulte una tarea sencilla convertir goles, tal como ocurrió frente a Gremio, en el choque de vuelta por los octavos de final. Porque de eso se trata ahora la historia en la Copa, de convertir, pero también de no sufrir en el arco propio. Ya lo dijo Donatti en la previa: "Tenemos que estar bien parados y tratar de mantener el cero en nuestro arco, eso nos va a servir mucho para definir allá", tiró el defensor.
Hay como un nuevo paradigma futbolístico en este tipo de circunstancias, porque en las definiciones, un grito más o uno menos suele ser clave. Y aquí bien vale hacer un alto en lo que fue el comportamiento del equipo canalla en ese aspecto. Porque todos los equipos que visitaron el Gigante en la fase de grupos le marcaron, cosa que Gremio no pudo lograr.
Nacional le convirtió uno, al igual que River de Montevideo y Palmeiras le facturó por triplicado. En otro contexto, por supuesto. Sólo antecedentes. Simplemente eso. Porque después llegó el partido de vuelta por los octavos y allí la cosa fue distinta. Gremio tuvo muy pocas chances de convertir. Si se lo mira teniendo en cuenta que en tres de los cuatro partidos en el Gigante le convirtieron, es una deficiencia. Si se lo hace apuntando a que en el primer mano a mano no sufrió goles en contra, es un verdadero mérito.
Atlético Nacional seguramente no será lo mismo que Gremio. Tiene todo para ser un rival mucho más complejo. Central también tiene lo suyo para ir en busca de un resul- tado positivo (léase triunfo) sin reparar demasiado en la cantidad de go- les, como dijo Cou- det, pero lo cier- to es que ese será un detalle que bien puede traccionar a favor o en contra para el partido de vuelta.
Hasta aquí hubo cuatro encuentros en el Gigante, con tres equipos que marcaron goles y uno que no. Pero ese último fue en el marco de octavos de final. Es difícil afirmar que Central jugó de una manera la fase de grupos y a partir de ahí lo hizo de otra forma.
Igual, el antecedente de lo ocurrido contra Gremio no deja de ser favorable.
"Venimos con la intención de dejar la llave a-bierta", declaró A- lexander Mejía. Lo- grarlo sería mantener el arco en cero o, también, poder convertir. Esto último es lo que, entre tantas otras cosas, deberá impedir Central esta noche para dar un buen paso en Arroyito.
Dos vallas invictas en los últimos 9 partidos
Está claro que lo de la Copa Libertadores es un tema aparte. Más allá de eso, a Rosario Central le costó mantener la valla invicta en los últimos partidos, contando los del torneo local. De los últimos 9 sólo pudo lograrlo en dos ocasiones. Uno fue ante Gremio (0-0), por el certamen continental, y el otro, frente a Sarmiento (1-0), en lo que fue la última victoria canalla en el campeonato doméstico. En los 26 partidos que el Rosario Central jugó en el Gigante bajo la conducción del Chacho Coudet, sólo en 10 pudo terminar sin goles en contra.