Aquel plan que se ideó en la previa de Lanús y que tuvo un respaldo inconcluso dentro de la cancha va camino a surtir efecto. Los cambios que Eduardo Coudet tendría pensado meter en el equipo son la muestra más acabada de que aquellos 90 minutos en el Gigante lejos estuvieron de dejarlo conforme. De allí la variante de nombres y hasta de esquema que se vendrían, siempre atendiendo, claro, que lo que se viene es nada menos que un entonado River, que acaba de sellar su pase a las semifinales de la Copa Libertadores de América. A la cancha iría Damián Musto. Al igual que César Delgado. “Los dos tienen muchas chances”, le confió a Ovación una fuente muy cercana al cuerpo técnico. De confirmarse, estarían ocupando los lugares de Fernando Barrientos y Gustavo Colman. Y todo lo que se maneja con el potencial tiene anclaje en el hecho de que la práctica formal de fútbol que estaba prevista para ayer finalmente no se realizó (hubo trabajos con pelota en espacios reducidos). En principio hoy será el turno del fútbol formal.
No obstante, algunos indicios ya había dado el Chacho en el turno vespertino del miércoles, cuando en un trabajo táctico probó con Musto y con Colman primero y Delgado después. Ayer se esperaba que apareciera el equipo en cancha, pero nada de eso ocurrió. Es que el cuerpo técnico optó por trabajar algunas otras cosas. Es por esto que la confirmación por parte del Chacho lejos estuvo de aparecer. Igual, eso no les saca posibilidades a Musto y al Chelito. Más bien todo lo contrario. Hasta anoche lo que se pensaba en Arroyo Seco era apostar por ambos.
Apenas finalizado el partido contra Lanús se pensó en que algo podía llegar a cambiar para este fin de semana. Básicamente por el lado de Barrientos, por quien el Chacho se la había jugado después de seis partidos mirando desde el banco (en cuatro había ingresado y en los otros dos estuvo lesionado). Ahora también presenta una molestia (ayer no trabajó debido a una contractura), pero Coudet ya tenía en mente buscarle un reemplazante. De allí la idea de apelar a Musto, quien recién el martes se reincorporó al grupo tras una licencia.
Hay una lectura obligada que hacer y que tiene que ver con que a Coudet no le gustó el funcionamiento de la mitad de la cancha, donde Nery Domínguez tuvo que lidiar en soledad contra los volantes granates. De allí la intención para esta ocasión de intentar reforzar esa zona y lograr que el círculo central vuelva a transformarse en un verdadero dique de contención.
Las condiciones físicas pero sobre todo futbolísticas que presenta Musto por ahora son una incógnita. Es que más allá de algunos entrenamientos aislados con los que cumplió junto al preparador físico Ernesto Colman, el volante perdió unos cuantos días de trabajo. La verdad quedará expuesta el domingo en Núñez, aunque si el Chacho decide darle pista es porque considera, junto a sus colaboradores, que está en condiciones de volver al equipo.
Un capítulo aparte es lo que podría suceder con Colman, de flojísimo partido ante Lanús. En la cabeza del técnico estuvo la idea de reemplazarlo mucho tiempo antes.
Lo de Lanús fue un eslabón más en esta seguidilla de tres partidos en los que Colman viene siendo titular sin entregar la cuota de fútbol que de él se espera. ¿Qué podría ocurrir entonces? Que Delgado entre nuevamente en acción desde el arranque (contra Chicago estuvo lesionado y ante Lanús fue al banco e ingresó en el complemento). Pero la idea de Coudet es que el Chelito no se estacione en los metros finales, como ladero de Ruben, sino que se mueva con libertad en tres cuartos. De allí el 4-4-1-1 que se estaría poniendo en cancha, al menos desde el primer minuto.
Por ahora simples conjeturas, aunque esas palabras acerca de que “los dos tienen chances” sonaron convincentes. Y si es así al equipo sólo le faltaría la confirmación de Coudet.