Cuando el árbitro Diego Ceballos marcó el final del partido, el pueblo canalla explotó en el Gigante. Pero ese grito tenía mucho más que ver con un grito de desahogo por una victoria que se venía demorando más de la cuenta, que con un triunfo que se disfruta a pleno por lo que entregó el equipo. Es que, luego de un empate y dos derrotas en la reanudación del torneo, el canalla volvió a la victoria, esta vez ante Belgrano por 2 a 1, en la 22ª fecha de la B Nacional. Una victoria que llevó envuelta en sufrimiento, tal como se está haciendo costumbre en los últimos tiempos en Arroyito, pero que necesitaba como el agua para dejar atrás la mala racha que lo acompañó desde la reanudación del torneo, no sólo por haber vuelta a gritar una victoria, sino porque también volvió a gritar un gol después de más de 300 minutos.
Cuatro partidos necesitó Central para sacarse la mufa. Pero claro que como no podía ser de otra manera para el canalla, debió sufrir hasta la última pelota, como en ese balón de Vázquez que se estrelló en el palo derecho de Broun a los 40 del complemento, que pudo ser el empate.
Antes que eso, y cuando parecía que la película se repetía en Arroyito, entre todos los consagrados y experimentados del plantel apareció el pibe Martín Rivero para sacar las papas del horno y con un cabezazo primero y una buena definición después hacer estallar al Gigante y para que su gente lance al aire ese grito contenido durante varios partidos. Fue un gran alivio, pero sobre todo un desahogo por todo el sufrimiento que vive la gente canalla por el momento del equipo.
Hasta el primer gol, el equipo de Rivoira buscaba llegar a los ponchazos, con más ganas y empuje que fútbol, especialmente a partir del primer cuarto de hora, donde tuvo un comienzo dubitativo. Pero una vez que se acomodó en el medio, que pudo quebrar la presión que ejercía Belgrano en el medio, empezó a llegar con mayor asiduidad, aunque pocas veces de manera clara.
En esa búsqueda desesperada dejó algunos espacios en defensa que a punto estuvieron de ser aprovechados por el Pirata en una contra y un tiro libre de Maldonado, el jugador más claro de la primera etapa en la visita.
Pero en ese ir permanente, un remate de Méndez, de lejos y débil, una buena pared entre Rivero y Toledo, que cuando el pibe fue a buscar la descarga se encontró con el cuerpo de un defensor asomaron como las primeras aproximaciones del canalla.
Central llegaba, generaba situaciones pero no era profundo y no podía quebrar a Belgrano. Hasta que a los 34' apareció Martín Rivero para mandar de cabeza la pelota al fondo del arco para que el Gigante explote y se empiece a sacar la mufa con este gol, el primero que marcan los canallas en 4 partidos y que le están dando el triunfo ante el pirata cordobés.
Después llegó el gol tempranero de Rivero en el complemento que le dio mucha más tranquilidad, pero le duró poco, porque el posterior descuento de Belgrano en los pies de Vázquez hizo que al canalla lo atormaentaran nuevamente sus dudas.
Entonces, Central se replegó y se dedicó más a tratar de conservar lo que había obtenido que a intentar sacar más ventaja. Algo natural en un equipo que se siente inseguro y falto de confianza.
De hecho, en el final debió sufrir mucho y en contadas ocasiones tuvo situaciones como para ampliar, como en una llegada de Méndez, que se le escapó cuando le salía Olave o en un centro pasado de Medina, que Toledo no alcanzó a darle bien.
Pero a esa altura, a todo el pueblo canalla lo único que le importaba era que el partido terminara para poder festejar una victoria después de cuatro partidos y lanzar ese grito de desahogo que le permite seguir en carrera en su objetivo de volver a primera lo más rápido posible.
Formaciones
Central: Broun; Chitzoff, Valentini, Braghieri y Rivarola; Méndez, Ballini y Vismara; Rivero; De León y Toledo. DT: Héctor Rivoira.
Belgrano: Olave; Turus, Lollo, Pérez y Tavio; Rodríguez, Farré y Maldonado; Vázquez; Pereyra y Campodónico. DT: Ricardo Zielinski.
Arbitro: Diego Ceballos