Con golazo de Verón, Estudiantes le ganó a Lanús

Volvió la brujería a La Plata. Sólo así podía romperse el hechizo del empate. Faltaban sólo cinco minutos para el final y la pelota cayó en los pies de Juan Sebastián Verón, que no le dio con la escoba sino con un derechazo bárbaro que se transformó en el 1 a 0 ganador de Estudiantes sobre Lanús.

  El primer tiempo fue dinámico, aunque a los dos equipos le faltó elaboración de juego. Igual, fue Estudiantes el que buscó más, sobre todo con pelotazos cruzados al área con los que estuvo cerca.

  La estrategia de los platenses fue darle rápido la pelota a Verón, para que habilite por los costados a Piatti y Salgueiro. Por su parte, Lanús fue paciente y trató de llevar el juego al mediocampo, pero con el problema de que los atacates Cano y Ramírez estuvieron lejos de sus compañeros y no les llegó el balón.

  Sobre el final de la etapa inicial el pincha intensificó sus llegadas, pero Lázzaro tiró por arriba del travesaño y se perdió otro abajo del arco, mientras que Desábato desvió un cabezazo junto a la base del palo izquierdo.

  La intensa lluvia que había caído dejó al campo de juego resbaladizo y el juego se tornó friccionado. Eso benefició a Lanús para equilibrar el trámite, pero llegaba al área rival con poca frecuencia.

  Pero de a poco entró a tallar la figura del partido: Verón. La Brujita se ubicó unos metros más adelante y sacó a su equipo del fondo. Y para redondear, a los 41’ pegó el gran grito. Leandro Benítez abrió a la derecha para Diego Galván, quien desbordó y tiró el centro atrás. La pelota cayó en los pies de Verón, quien impactó la pelota desde la puerta del área y la metió al lado del poste derecho, ante la mirada del arquero Bossio y los defensores granates.

  Era el premio para el que más hizo por el triunfo, un Estudiantes que está a un punto del líder pero con tres en suspenso a favor con el 2-1 parcial sobre Racing. Fue un golpe más para Lanús, que sigue sin recuperar su rumbo tras aquella goleada sufrida en el clásico.

Y la forma en que llegó fue como más les gusta a los pinchas, con una brujería de Verón.