Un nuevo proceso se pondrá en marcha esta tarde. Una nueva ilusión envuelve al mundo Central. Paolo Montero asumirá hoy como flamante entrenador canalla. Desde hoy no tendrá excusas. Deberá ratificar en el día a día que la dirigencia acertó en contratarlo luego del portazo que pegó el Chacho. El uruguayo encabezará en Arroyo Seco el primer día de la pretemporada. Pero en el horizonte cercano le espera un gran desafío. Y es tratar de recomponer la pobre imagen que fue dejando el equipo en el torneo largo el pasado semestre. Será una misión compleja. Dependerá de su capacidad de resolución y las respuestas que encuentre en el plantel, que a la vez sabe que tendrá que engordarse con puntos porque el promedio luego apretará sin pedir permiso.
Central se encuentra en una situación incómoda desde lo deportivo. Es la clara consecuencia de una política errónea a la ahora de afrontar y preparar cada partido. No obstante, tampoco le sirve al canalla lamentarse por lo malo que terminó siendo el 2016 bajo el mandato de Coudet. Sea porque de las nutridas contrataciones que exigió (Sosa, Rodríguez, Gil Romero, Battaglia, Gissi, Torsiglieri, Menosse, Martínez, Colman, Camacho, Bordagaray, Herrera y Teo Gutiérrez), sólo unas pocas rindieron, como también porque careció de muñeca para trabajar con los jóvenes proyectos. Ni hablar que al dedicarse de lleno a la Copa Argentina descuidó por completo el certamen local.
Y ahora, que no logró conquistar la copa y, por ende, no entró a la Libertadores, los auriazules deberán mentalizarse en que actuarán sólo una vez por semana y no podrán derrapar tanto porque está 22º en un campeonato de 30 participantes. Haber logrado 15 puntos en 14 presentaciones lo está condicionando a futuro.
La responsabilidad de empezar a oxigenar al equipo a la brevedad la tendrá desde hoy mismo Montero, quien aún no se desvinculó legalmente de Colón (ver aparte). El uruguayo llegó anoche a la ciudad y esta tarde, a las 17.30, encabezará el primer entrenamiento en lo que representará además la vuelta al trabajo del plantel profesional en Arroyo Seco.
Desde el club afirmaron que "están todos los jugadores en condiciones de presentarse a entrenar". Claro que ya uno de los experimentados no podrá asistir por un tema personal. A la vez, todo indica que Montero puede quedarse sin Walter Montoya, quien además de que busca emigrar, también es cierto que River hará a la inmediatez una oferta porque el presidente millonario, Rodolfo D'Onofrio, quiere adquirir los servicios del chaqueño para darle principalmente un gran gusto al entrenador Marcelo Gallardo.
Otros jugadores que podrían irse son Marco Torsiglieri, ya que hay un real interés de Oviedo de España para sumarlo a préstamo. Por Esteban Burgos también hay una propuesta desde el exterior, mientras que Damián Musto es otro de los que sigue siendo monitoreado por un club de afuera.
Si dudas, a Paolo Montero le esperan desde hoy grandes desafíos en su nuevo ciclo. Central tiene por delante una gran necesidad de sumar puntos y también la obligación de resurgir desde lo futbolístico.
Montoya, entre el deseo y la realidad
Otra vez dejó sentado que "con 23 años me gustaría cambiar de aire". También dijo que "hay que respetar lo que dicen los dirigentes". Walter Montoya es el volante derecho del momento. Pero lo único firme es que deberá presentarse esta tarde para iniciar la pretemporada junto al plantel canalla de la mano de Paolo Montero. Claro que si llega la oferta de River como este medio confirmó, el volante expondrá una vez más su deseo de jugar la Libertadores.
Montoya no jugó ante Belgrano en el cierre de 2016 porque en el extenso y sorpresivo parte médico figuraba que se recuperaba de una contusión en la cresta ilíaca derecha. En realidad más de uno imaginó que no volvería al club después del triunfo ante el Pirata. Pero no. Al no haber llegado al club ninguna oferta, el chaqueño estará hoy en el country.
Habrá que ver qué sucederá desde hoy en adelante porque River lo quiere sí o sí. Boca también, pero en esta lucha de deseos no cuenta con grandes chances. Incluso el jugador manifestó públicamente "Que Gallardo me quiera es un orgullo". Aunque a la vez confesó que "cuando haya papeles sobre la mesa veré que es lo mejor para mí y para el club. Si tengo que irme, quiero hacerlo bien. Con la frente alta y no por la puerta de atrás, si es que llega ese momento".