Que la AFA está al borde del quiebre no es ninguna novedad. Y de una fractura explícita además. Unos 50 asambleístas llamaron a elecciones para el 15 de febrero pero seguramente mucha agua correrá bajo el puente hasta entonces y nada parece indicar que el mandato de los reunidos el último jueves en la calle Viamonte vaya a concretarse. Para que no queden dudas de los riesgos que se corren y los intereses que hay en juego, el promotor de toda la última movida en AFA, el presidente de Barracas Central y cabeza visible de todo el ascenso, Claudio Chiqui Tapia, admitió ayer que el fútbol argentino puede quedar desafiliado por la Fifa. Ante esto, hubo voces dirigenciales de clubes de primera división, que no concurrieron a ese cónclave, que pusieron el grito en el cielo. Todo en el medio de una crisis interminable, donde se debe mucho dinero y la plata no aparece, con una Comisión Normalizadora desacreditada.