España se clasificó hoy para los octavos de final del Mundial como primera del grupo H tras
vencer por 2-1 a Chile, que peleó hasta el final y entró como segunda por delante de Suiza.
Tras la sorpresa inicial de la derrota de España, al final el cuadro se resolvió según lo
esperado después del empate sin goles de Suiza ante Honduras. España, aunque con poco brillo, tuvo
al final lo que quería y se medirá con la Portugal de Cristiano Ronaldo.
Y Chile, valiente hasta el último minuto, celebró una clasificación que le sitúa ante Brasil.
España salió con lo esperado, ese “tridente” ofensivo compuesto por Andrés
Iniesta, Fernando Torres y David Villa. Por contra, Marcelo Bielsa sorprendió al prescindir de un
punta puro en el equipo chileno. ¿Temor? En absoluto...
La propuesta de Bielsa tenía todo el sentido: presionar la salida del balón española, que
sufrió un largo atasco. Todo lo hizo Chile en la primera parte: lo bueno y lo malo.
España sufrió durante 25 minutos. Un primer remate de Torres lejos del arco quedó en
anécdota, pues Chile pasó a dominar el juego. Sobre todo porque quitó el balón a su rival, su mejor
tesoro, y le impidió dominar el tiempo del partido.
A cambio, Chile sumaba llegadas al área española. Primero con un remate fuera de Mark
González, luego con disparo lejano de Estrada, después por un balón envenenado que desvió Iker
Casillas... No, España no se sentía cómoda.
Pero luego está el error humano, que aparece allá donde el obsesivo Bielsa no puede llegar.
Ahí estuvo una mala decisión de un defensor, y un contraataque español, y una errática salida del
arquero, y la calidad de un gran delantero. En resumen: a los 24 minutos erró Claudio Bravoen su
salida lejos de la portería y Villa marcó desde 35 metros sin nadie bajo el arco.
Y a los 37 minutos surgió otra desatención de Chile, otro error humano de esos que no se
pueden anticipar. Su defensa perdió un balón, España armó una gran contra, Villa cedió atrás e
Iniesta mandó a la red con un toque ajustado y lleno de clase.
La jugada tuvo otro castigo para Chile, como mínimo de igual intensidad al gol: se quedó sin
Estrada por una supuesta patada a Torres en la misma acción. El árbitro mexicano Marco Rodríguez
exageró sus atribuciones.
Pero cualquier equipo de Bielsa es valiente y Chile salió en la segunda parte con el cuchillo
entre los dientes. Y redujo distancias a los 47 minutos, con un disparo de Rodrigo Millar que
rebotó en Gerard Piqué. Suficiente para despistar a Casillas.
Qué valiente es Bielsa. Chile jugaba con sólo tres defensas y un central. Era tiempo para Del
Bosque, quien a los 55 minutos quitó a un desafortunado Torres para poner en el campo a Cesc
Fábregas.
El mensaje era inequívoco: España quería tener el balón, aprovechando su superioridad
numérica. Y, en consecuencia, también debilitar física y mentalmente a su rival. Luego quitó a Xabi
Alonso para situar a Javi Martínez, un cambio para guardar el resultado a 17 minutos del final.
No pasaron demasiadas cosas hasta el final. España supo proteger el triunfo y se clasificó
como primera de grupo, aunque sin la brillantez esperada. Y Bielsa, esta vez sí, gozó de un golpe
de fortuna y entró en octavos con la ayuda de Honduras. Al final, todo transcurrió según lo
esperado antes de comenzar el Mundial.