Central cerró la temporada con un golpe durísimo. No tanto por la derrota sufrida ante Boca Unidos, un rival del Federal A, sino porque no mostró nada y cayó sin atenuantes y por goleada ante un rival que en teoría era inferior, pero que desde el principio impuso condiciones. Fue 3-0 y no resultó para nada exagerado.
Por si eso fuera poco, la figura del partido fue Tony Medina, un exCentral, que fue una pesadilla para los canallas, porque convirtió el primero de penal, armó la jugada del segundo y le cometieron el penal para el tercero de los correntinos.
Central salió a la cancha a enfrentar a Boca Unidos con la ilusión de dar un paso firme y comenzar a transitar la ilusión de volver a ganar la Copa Argentina, pero arrancó con el pie izquierdo. El conjunto correntino pegó de entrenada. En apenas un minuto abrió el marcador, y a los 25 minutos se puso 2 a 0. Ambas conquistas estuvieron marcadas por las fallas en el fondo del auriazul.
Boca Unidos "madrugó" al canalla. Así de simple un pelota en profundidad cuando los equipos todavía se acomodaban en cancha generó el primer punto de inflexión. El delantero Marcelo Miños fue a buscar la pelota, la dominó y el arquero Marcelo Miño le cometió infracción dentro del área. El atacante Antonio Medina no dudó, y cambió el penal por gol.
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El equipo del Kily González acusó el golpe e inmediatamente respondió. Se adueñó de la pelota e inclinó la cancha a su favor. Apostó por avanzar por la banda derecha, llegar al fondo y tirar el centro. Pero la fórmula no le dio resultado, principalmente porque los envíos carecieron de precisión.
Central fue para adelante. Pero sin saber cómo. Y esa falta de juego y criterio desnudó falencias. Porque miró tanto para adelante que lo dejó de hacer para atrás. Y el elenco correntino se lo facturó. Un error a la hora de jugar la pelota para atrás terminó con un centro rasante al área para que el atacante Gonzalo Ríos se llene la garganta de gol a los 25'.
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El segundo gol de Boca Unidos profundizó la crisis de Central, que continuó yendo hacia adelante pero sin ideas. Sólo apeló a imprimirle velocidad a su juego para ir de frente, pero no hizo otra cosa que chocar de frente con un rival que lo esperó bien parado.
Con esa imagen el equipo del Kily González se fue al descanso.
Central salió al complemento con dos cambios. Fue una clara señal de que el DT interpretó el mal rendimiento que mostró su equipo y la necesidad de meter mano en el once. Villagra reemplazó a Ojeda, y Russo ocupó el lugar de Ferreyra.
Los primeros pasajes del segundo tiempo mostraron a un canalla más criterioso. Sin tanto apuro y un poco más de claridad para buscar los caminos al arco rival. Pero no mostró los argumentos necesarios para quebrar el bloque defensivo correntino.
Sólo llegó con peligro con remates de larga distancia. Pero todos fueron desactivados por el arquero Martínez.
A los 71' el Kily, consciente de que su equipo no encontraba respuestas, volvió a meter mano en el banco. Ingresaron Giaccone y Martínez Dupuy por Blanco y Marinelli, respectivamente.
Recién a los 78' Central tuvo una clara chance de gol. En realidad una de esas situaciones que se catalogan como "imperdibles". Luca Martínez se encontró con un rebote dentro del área y con el arquero vencido, pero remató desviado.
Pero tras cartón, a los 38' del complemento, llegó el golpe de gracia. Otra vez Tony Medina desbordó a Bottinelli, que le cometió penal. Gabriel Ramírez lo cambió por gol y hundió aún más al canalla.
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Central cerró la temporada de una manera muy impensada. Porque no solo perdió sin atenuantes ante Boca Unidos, un rival del Federal A, sino que cayó por goleada y sin mostrar nada, ni un atisbo de reacción. Perdió sin atenuantes y se despidió de una temporada que a todas luces estuvo muy lejos de ser lo esperado.