Con sufrimiento, con sobresaltos, con algún que otro susto, pero también con reacción. Así transcurrió el partido Central, que sumó un triunfo de aquellos, no por la envergadura del rival ni nada por el estilo, pero sí porque no sólo estuvo en desventaja, sino porque fue el primero que se quedó con uno menos (por la expulsión de Vecchio), un golpe que no lo amilanó ni mucho menos. Y su convencimiento fue tal que de tanto insistir, sin dejar de sufrir por cierto, nunca se desentendió de las ambiciones de ir por más, algo que consiguió a minutos del final, con el cabezazo de goleador de un Marco Ruben que sigue encendido.
Sólo un par de minutos parejos, los del inicio, en los que Central se atrevió a manejar la pelota, pero sin inquietar demasiado. Pero rápidamente Banfield empezó a inclinar la cancha, aprovechando todos y cada uno de los errores que cometía el canalla del medio hacia atrás, especialmente cuando quedaba a contrapierna de lo que la jugada ameritaba. Sin conducción clara por parte de Vecchio ni desequilibrio por las bandas, Central se mostró carente de ideas en ese primer tiempo que se abrió rápido a favor de un taladro que encontró el desequilibrio casi sin proponérselo. Es que ni el propio Cruz, autor del gol, imaginó que el Gato Avila podría fallar como falló tras el pelotazo largo desde el fondo. Remate cruzado del hijo del Jardinero para quebrar la resistencia de Broun.
A partir de ahí se vio lo peor de Central, que nunca pudo controlar a Dátolo ni a Galoppo, ni a Alvarez. Y entre Dátolo y Galoppo tejieron esas situaciones con las que Banfield pudo estirar la ventaja. Pero apareció Fatura. Primero para tapar en el primer palo un remate del Dátolo, después para poner el pie derecho tras el cabezazo de Galoppo. Y tras cartón otra vez Galoppo, solo, definió mal tras un centro de Dátolo.
¿Central? Ausente sin aviso. Vecchio jugaba muy atrás, el Pupi Ferreyra nunca acompañó y Zabala estuvo apagado. Tan grande era el desconcierto que el que más inquietaba era Martínez, cuando veía el hueco para picar, tirar un centro o alguna diagonal.
¡DOBLETE DE MARCO RUBEN Y TRIUNFO CANALLA ANTE EL TALADRO! | Banfield 1-2 Rosario Central | RESUMEN
En una de esas apariciones de Martínez llegó el cabezazo de Ruben, débil porque Zabala se le interpuso, y en la siguiente el cabezazo luego del pelotazo de Avila, para que Gamba arremetiera dentro del área y pateara cruzado. El remate tenía destino de red, pero primero apareció la punta del botín de Marco Ruben. Pareció demasiado premio para un Central al que le costó imponer supremacía, pero que se fue al descanso, aun haciendo mal las cosas, con el empate transitorio en el bolsillo.
Mucha más ida y vuelta tuvo el segundo tiempo, pero fue otra la postura de Central. Más aplomada, todavía con errores, pero con mayor decisión, evidenciada en ese mano a mano que Ruben perdió con Altamirano. Ese rótulo de triunfazo que se le puede poner al partido tiene que ver también porque a los 16’ del complemento se quedó sin su armador: Vecchio expulsado por doble amarilla. Igual, con uno menos el Kily no tocó nada porque entendió que su equipo se la podía bancar.
Banfield intentó insinuar algo más, pero fue Central el que más cerca estuvo, con ese gol anulado a Ruben tras un tiro libre del Pupi Ferreyra, un minuto después de la expulsión de Galoppo. Y al toque lo tuvo Blanco, entrando solo por izquierda, pero el toque de zurda se fue apenas desviado.
¿Por qué lo ganó Central? Primero porque encontró en Broun un dique de contención implacable. Fatu le ahogó el grito a Pons a los 37’, lo que hubiese significado un golpe de nocaut. Y segundo por la impronta de Ruben, de ir a buscar ese centro de Marinelli, que tuvo como previa un saque largo del propio Broun.
Fue el grito de la euforia, de la locura, de la emoción y, tras el pitazo final de Rapallini, el grito de la gloria. Tres puntos clave en un partido dinámico, con incidencias, mal jugado en el arranque por parte de Central, pero encauzado con convicción y también inteligencia. Un premio enorme el que se trajo el canalla para mantener en alto las ilusiones.