Ruben por tres y otro de Vecchio. Los goles de Central frente a Colón que le metieron un claro tinte de batacazo al equipo del Kily que no se conformó con aquella victoria tranquilizadora ante Atlético Tucumán, sino que vino a Santa Fe por más. Y lo logró sin dejar dudas, maniatando al sabalero, pegándole en los momentos justos y formateando una victoria imprescindible, que tuvo al 9 como principal artífice.
Frente a equipos de la talla de Colón nada mejor que pegar el primer golpe y Central entendió esa idea a la perfección, no gracias a un juego demasiado lúcido, pero sí con una efectividad increíble. Es que la primera aproximación fue de córner. Allí Vecchio le metió rosca, a media altura, para que Ruben se anticipara a todos y le cambiara la trayectoria al balón. Golpazo sobre la mesa de Central a los 3’, lo que permitió manejarse ya con más calma. Prolijidad en la salida de Ojeda, bien acompañado de Infantino y Lo Celso, a los que se sumó Vecchio para manejar.
Algo más hizo bien Central al inicio del encuentro: no darle tiempo a Colón de acomodarse. Otra pelota detenida, un despeje, centro quirúrgico de Blanco y otra vez Ruben de cabeza para meter el partido decididamente en una dirección que nadie imaginaba en la previa. La calma ya era mayúscula y bienvenida para el canalla.
#TorneoSocios | Fecha 22 | resumen de Colón - Rosario Central
Fue el momento en el que Central se replegó, esperó un poco más atrás, dejándolo a Colón que saliera y expusiera su ansiedad y su locura, que a esa altura ya era pronunciada. Pero la única herramienta que encontró el local fue el remate de media o larga distancia (algunos más cerca que otros), aunque Broun no tuvo que intervenir. Sí Central zozobró en esa tremenda atajada que Fatu metió tras el remate a quemarropa de Aliendro. Claro, un minuto antes Avila pudo marcar el 3-0 pero el palo derecho de Burián se lo impidió.
De ahí en más, el torbellino que comenzó con la correcta expulsión de Meza, que primero fue amonestado por Vigliano. Más tranquilidad para un Central que en medio de ese placentero transcurrir en el partido vio como Broun debía dejar la cancha luego de una lesión en la rodilla, al ir en busca de un mal pase hacia atrás de Blanco. Emociones de todo tipo para un primer tiempo que el canalla ganaba con justicia, por ambición y efectividad.
Una mínima complicación podía meter a Central en problemas, pero para que ello no ocurriera apareció, quién si no, Marco Ruben. Otra vez a los 3’, pero esta vez luego de un centro de Martínez para poner nuevamente la cabeza y hacer estéril la volada de Burián.
Olió a golpe de nocaut, porque Colón se empezó a mostrar como un equipo desvencijado, sin ánimo de reacción, al que no le salía una, o todas le salían mal.
Pareció soltar las riendas Central en los minutos en los que llegó el descuento de Piovi, pero rápidamente todo volvió a su cauce. Porque el canalla no se desesperó, siguió jugando igual, trató de cuidarla en vez de rifarla y siguió presionando.
Producto de esa presión llegó el error de Piovi, el robo de Vecchio y la definición del 10 para que las complicaciones ni siquiera intentaran asomar las narices. Un 4-1 rotundo a esa altura.
Nada determinante sucedió de allí hasta el final para desestabilizar la gran victoria de Central ante el último campeón. Lo hizo con decisión, juego y mucha cabeza.