Central tuvo que trabajar más de la cuenta, pero venció a Merlo con gol de Castillejos

Acostumbrarse a ganar es una virtud de las que cualquier equipo que se precie de tal debe lograr para que el barco llegue a buen puerto. Después, en la consideración puede converger el análisis sobre si alcanza con lo justo o si sobra. A este Central no le sobra absolutamente nada. A veces luce más compacto, como ante Quilmes. Otras no tanto, evidenciando ciertas falencias. Pero siempre el resultado es importante. En estas situaciones mucho más. Porque lo que se vive hoy ya es parte de la recta final de un campeonato con los puestos de vanguardia en llamas, donde un pequeño tropiezo puede significar un porrazo. A Deportivo Merlo era necesario sortearlo a como dé lugar y fue lo que se logró. A partir de ahí hay pocas lecturas que puedan hacerse sobre un ajustado y trabajoso 1 a 0 que aportó por los que todos madrugaron: los tres puntos.

A esta altura es muy común que a este Central de a ratos se le nuble la vista. Que quede rengo en la presentación de algunas garantías en lo que tiene que ver con el juego. Las obligaciones volvieron a ser un torbellino. Con muchas ideas, pero pocas claras. Igual, la victoria no se objeta. Esos primeros 20 minutos en los que el canalla trató de ahogar a Merlo marcaron las coordenadas del partido. El gol anulado a Castillejos (el delantero estaba un paso adelantado) a los 2' fue un aviso.

Y como la lucidez desde lo futbolístico no fue tal, cuando Merlo asentó su juego Central comenzó a sufrir, aunque sin pasar sobresaltos. Pero como la obligación era sólo auriazul, las sensaciones que partían desde el campo abonaban la intranquilidad.

Lejos del nivel que se pretendía, a los volantes les costaba purificar el juego en tres cuartos y por eso Medina y Castillejos lo sufrían unos metros más adelante. Igual, el cordobés no alcanzó a empujarla tras el remate de Ferrari (6') y al chaqueño le ahogó el grito de gol el arquero Capogroso (15') tras un cabezazo fuerte, pero al medio. Poquito más para rescatar. Un remate otra vez del ex Boca Unidos tras un grosero error de Friedrich (16') y otro del goleador canalla sobre el primer palo. ¿Merlo? Nunca se animó. Sólo jugó a atacar como podía, pero sin romper su estructura defensiva.

El peso específico también quedó de manifiesto en el segundo tiempo. Porque en medio de las imprecisiones (demasiadas en algunos pasajes del partido) Central era el equipo que mandaba. Pero no lastimaba. Y lejos estaba de hacerlo. Hasta que Monje (ingresó por Medina) marcó el camino. Desde un remate suyo, que dio en un defensor, apareció Castillejos en soledad para tocarla contra el palo derecho de Capogroso. Overol y cuchillo entre los dientes. Otra vez. Para cimentar una superioridad que nunca estuvo en discusión, incluso con poco fútbol. Pero, se insiste, esta ya es la recta final. Si sobra será mejor para Central, pero por ahora lo que se valora es que alcanza.