Por presente y capacidad de juego cargará con la obligación ante un rival que pelea por no descender. El escenario también se lo exigirá
Por presente y capacidad de juego cargará con la obligación ante un rival que pelea por no descender. El escenario también se lo exigirá
La condición de local no debería ser un mero ingrediente para el partido de esta noche. El Gigante de Arroyito debería entregarle a Central unas cuantas licencias para hacer el partido que seguramente Leo Fernández pensó y diseñó durante la semana. Imaginar un juego en Bahía Blanca, con otras dimensiones y un rival mucho más acostumbrado a moverse en ese reducto podría invitar a otra cosa. Pero no es el caso. El mal momento del aurinegro y la necesidad de sumar aunque sea un punto pondrá al canalla frente a todas las obligaciones a la hora de dirigir las riendas. Por eso Central tendrá que acercarse lo más posible a la estrategia planificada, que no será otra que arrinconar a Olimpo, manejarle la pelota, ahogarlo en la salida para no dejarlo pensar y empezar a torcerle el brazo lo más rápido posible, algo a lo que este Central de Leo Fernández está acostumbrado a hacer.
Desde ese aspecto será una buena prueba para el auriazul. Porque si bien los resultados potenciaron más el haber que el debe, desde el juego el canalla pasó sobresaltos durante largos períodos en varios partidos.
Lo más parecido a todo eso que pregona Leo Fernández se vio en el primer tiempo contra Huracán, especialmente desde el arranque y hasta unos cuantos minutos después de haberse puesto en ventaja. Es cierto que ese equipo tenía mejor pie que marca en el mediocampo (Joaquín Pereyra había sido el reemplazante de Maximiliano González) pero el resto también se acopló de buena manera.
Plantear un partido con demasiada fricción sería hacerle un favor a Olimpo. A partir de la circulación y las transiciones rápidas es de donde el canalla podría llegar a sacar las mayores ventajas.
Como siempre, el faro que marcan los delanteros como los que suele poner Central en cancha será una invitación para buscarlos con envíos largos y frontales, pero eso debería ser apenas una alternativa y no un comportamiento mecanizado. Así como en Huracán encontró el partido por las bandas, en esta ocasión el rival y el escenario lo invitarán a hacer algo similar.
En nombres, Central está por encima los bahienses, pero es algo que deberá demostrar esta noche a partir de la inteligencia para hacer valer el presente y el juego que, se supone, está en condiciones de desplegar.