Pasaron 82 días para que se concrete el reencuentro. Atrás quedó el formidable 2015 de Central, con una campaña extraordinaria y con un equipo auriazul que mereció alzar alguna copa. Por eso anoche en el amistoso ante Cerro de Uruguay una verdadera multitud llenó de color y alegría el Gigante para ver en acción a los muchachos de Eduardo Coudet después del largo parate. Fue la mejor manera que tuvo el pueblo canalla de darle a los jugadores un espaldarazo anímico y motivacional de cara a lo que será un exigente 2016, con el debut doméstico el próximo viernes ante Godoy Cruz, con el clásico a la vuelta de la esquina y con lo que es el inminente estreno en la Copa Libertadores ante Nacional de Montevideo, el 25 de febrero. Año nuevo, vida nueva e ilusión renovada en Arroyito.
Todo encuentro amistoso tiene la relatividad de que no hay puntos en juego y tampoco están las urgencias de ir por todo desde el minuto inicial. Igual para Central fue positivo hacer una prueba formal a una semana de que comiencen los partidos por los porotos. Fue con gente en la tribuna, con la camiseta nueva, con mayoría de titulares y ante un rival internacional. Seguramente al Chacho le sirvió para sacar conclusiones.
De arranque Central se plantó con una clásica línea de cuatro, con los laterales Víctor Salazar y Cristian Villagra tratando de pasar permanentemente al ataque, pero sin sorpresa. Pablo Alvarez y Javier Pinola en la zaga tuvieron que lidiar con el grandote moreno Hugo Silveira, que a puro empuje los hizo transpirar más de la cuenta, pero lo controlaron bien.
En la mitad de la cancha se paró Damián Musto como cinco tapón y a su lado estuvieron Walter Montoya, a la derecha, y José Luis Fernández, en la izquierda. El enganche fue Franco Cervi. Al canalla le costó agredir en base al control aceitado de la pelota, pero logró generar acciones de riesgo mediante la intensidad física de los volantes y la movilidad de Marcelo Larrondo, el mejor de la etapa inicial con un par de intervenciones picantes, y Marco Ruben, de escasa participación.
A los 30 minutos llegó la apertura del marcador. Centro atrás de Ruben, no pudo conectar Montoya, insistió Larrondo y la pelota derivó para José Luis Fernández, que entre varias piernas sacó un remate preciso que se filtró en el arco uruguayo. 1 a 0. Cerro no hizo ni cosquillas y se fueron al descanso.
En el complemento ingresó el Flaco Donatti a la zaga y ante la salida de Villagra, Pinola se abrió a la izquierda. Arriba cambió el tándem, afuera Ruben y Larrondo, adentro el Chelito Delgado y el chaqueño Germán Herrera.
De entrada, gran centro de Salazar y cabezazo apenas ancho de Herrera. El Chelito estuvo muy activo, claro para habilitar a sus compañeros y hasta animándose a algunos lujos. El Chacho siguió moviendo el banco y entre los ingresados estuvieron Gio Lo Celso y Paulo Ferrari. La idea fue que todos sumen minutos de fútbol.
El segundo tiempo se consumió con Central haciendo correr la pelota, sin acelerar demasiado y como dueño absoluto de la noche. Lo de Cerro fue simplemente asu mir el rol de partenaire, sabiéndose inferior y sin rebeldía para pelear por revertir el resultado. En el final, Delgado lo tuvo abajo del arco y falló el remate.
En definitiva fue un típico partido de verano, con los músculos todavía saliendo del trajín de la pretemporada, sin la sintonía fina para el pase justo que deje de cara al gol al compañero y con una cantidad de cambios en los dos equipos que desnaturalizó el tramo final del encuentro.
Igual fue una buena excusa para ver en acción al equipo del Chacho, para que los hinchas empiecen a palpitar el clásico y para que los jugadores vayan tomando ritmo de cara a este 2016 muy intenso para los canallas.