Central supera las pruebas en un final cerrado y así debe seguir para no flaquear
Compromiso, concentración, valentía, efectividad, sapiencia, osadía, capacidad. Muchos puntos son los que requiere un equipo para llegar lejos en lo que a pretensiones se refiere.
10 de mayo 2012 · 01:00hs
Compromiso, concentración, valentía, efectividad, sapiencia, osadía, capacidad. Muchos puntos son los que requiere un equipo para llegar lejos en lo que a pretensiones se refiere. El objetivo de este Rosario Central nunca se movió un ápice de donde los protagonistas (hinchas y dirigentes también) lo ubicaron antes del inicio del campeonato. Ocurre que ya en la cuenta regresiva es necesario dar cuenta de varios de estos argumentos para que el barco llegue a buen puerto. En más de una oportunidad se habló de las pruebas de carácter que el canalla estaba obligado a exponer sobre la mesa de las obligaciones. Falló en algunas, pero en los últimos partidos expuso, claramente, que entendió el cuadro de situación que se mueve delante de sus narices. Y no pasa por alabar cuando se gana y criticar cuando se pierde. No siempre un resultado puede hacer variar la opinión, aún teniendo en cuenta que hoy lo que necesita el equipo es eso: resultados.
Hay maneras y maneras de graficar porqué este Central está demostrando carácter. La lista de elementos emergentes es cuantiosa. Haber cambiado su forma de trabajar los partidos, no desesperarse ante el mínimo contratiempo, mantener la tremenda efectividad jugando en el Gigante, haber sabido torcer la realidad en condición de visitante. Algunos de esos ítems que hacen a la cuestión.
Pero claro, si Central hoy está disputándole a River el segundo puesto y acechando a Instituto, que hasta hace un par de fechas parecía inalcanzable, es gracias a esa seguidilla de triunfos (cinco) que es capaz de posicionar a cualquier equipo.
Lo destacable es que esta cadena de victorias comenzó después de lo que fue el partido contra Almirante Brown, posiblemente una de las peores puestas en escena del equipo de Juan Antonio Pizzi a lo largo del torneo. Ese es un gran mérito y otra prueba de carácter elocuente. Tan palpable como la misma seguidilla de triunfos.
Después de lo que fue la caída contra Instituto, allá por la 23ª fecha, desde estas páginas se hizo mención (bajo el título "La prueba que no fue") a que el equipo no había estado a la altura de las circunstancias y que precisamente carácter era lo que le había faltado. Incluso resaltando que el trecho por recorrer aún era demasiado largo y que si ese partido había recibido el rótulo de "clave" era porque antes las cosas se habían hecho de buena forma.
Prueba de carácter será volver de Mar del Plata con una sonrisa. Lo será, también, estar a la altura de las circunstancias contra Atlético Tucumán, River, Patronato, Chacarita y Desamparados (los rivales a los que todavía debe hacerles frente). No hay otra forma de leer y de darle otra connotación a lo que se viene. Pero vale el amparo de lo hecho hasta aquí.
En esa dulzura en cuanto a resultados que hoy se degusta se pueden echar las bases. A sabiendas de que a ese temple y este transitar solvente le restan unas cuantas más de esas pruebas de carácter, hoy ingrediente medular del presente.
La hora del fútbol
Esta tarde será la práctica de fútbol en Arroyo Seco y allí Juan Antonio Pizzi comenzará a delinear el equipo que el domingo visitará a Aldosivi. Hasta ayer la duda seguía siendo la presencia de Andrés Alderete, quien acarrea una contractura en el aductor izquierdo (le hicieron una ecografía y no arrojó lesión muscular). Por eso Federico Vismara estaría en su lugar en el ensayo futbolístico. A partir de ahí todo dependerá de la evolución del ex San Martín de San Juan, aunque si hoy no hace fútbol difícilmente juegue el domingo. A esto hay que agregarle que Vismara hizo un buen partido cuando le tocó ingresar contra Huracán. Quien volverá es Jesús Méndez, luego de cumplir una fecha de suspensión. El mendocino irá en lugar de Germán Rivarola. Los restantes serían los mismos que vencieron al Globo. Por ahí puede abrirse una nueva chance para Omar Zarif, pero el entrenador difícilmente toque la defensa.
La solidez atrás colabora
Una consecuencia de este carácter al que se hace referencia tiene que ver con la solidez defensiva que recuperó el equipo. Las pruebas están a la vista: hace nada menos que cinco partidos que al canalla no le convierten goles. Una muestra de que algo cambió, aunque en realidad esa fue una de las mayores virtudes en el inicio del torneo. Pero no son sólo estos últimos cinco partidos. Yendo un poco más lejos todavía, desde que Manuel García (no todo es mérito suyo) se hizo cargo del arco, fueron nueve partidos, con apenas cinco goles en contra.