Central volvió a fracasar en su casa. Sumó su decimotercer partido sin triunfos y su tercera caída consecutiva en Arroyito. Atlético Tucumán llegó en silencio, a ver qué pasaba y se levó un premio gigantesco con ese golazo del Yacaré Núñez en el segundo tiempo. Y Central naufraga en el fondo de la tabla y ve poco claro su futuro.
Central arrancó esa primera etapa con las mejores intenciones. Intentó pararse bien arriba con Zampedri y Lovera, los volantes buscaban adelantarse y, cuando la situación ameritaba, los laterales trepaban buscando desbordar.
Hasta allí, de manual, correcto. De las intenciones a la concreción hubo un trecho. El canalla tenía la iniciativa, se acercaba hasta los dominios de Atlético Tucumán pero le falata cerrar lo que insinuaba.
El Decano tenía en Gervasio Nuéz al conductor, secundado por Blanco y Affonso pero los de Zielinski no llegaban a lastimar a Ledesma.
A los 9' Zampedri robó una pelota y no le pudo entrar con precisión dejando pasar una buena oportunidad.
A los 27', el que probó con un bombazo desde fuera del área fue el formoseño Lovera, pero su remate encontró bien parado a Sánchez.
A los 28' el canalla armó una buena cominación entre Rivas, el pibe Elías Gómez -que desbordó y lanzó el centro-, pero Zampedri trastabilló frente al arco desperdiciando otra buena oportunidad.
La defensa canalla no tuvo demasiado trabajo ya que Atlético estuvo más preocupado en cuidar el cero e su arco que en acercarse a Ledesma.
En lugar de arrancar con mayor ambición, Central arrancó con muchas vacilaciones, sin hacer pie en el medio y mostrando inconsistencia en sus líneas.
Entre un equipo que no lograba hacer pie y otro que no se animaba demasiado, el excanalla Gervasio Núñez recibió una pelota que venía dividida, levantó la cabeza y sacó un remate de pique que sorprendió a un adelantado Ledesma y se fue al fondo del arco.
Montero apeló al ingreso de Camacho por Colman -se muy silbado por el público auriazul- y de Ruben por Rivas. Pero el canalla siguió sin arrancar.
A los 19 se lo perdió Grahl de cara a Ledesma y el canalla respiró aliviado.
Los de Montero siguieron a la desesperada. Sin ideas, con escasa claridad, con sus líneas inconexas y solamente con voluntad, Central intentó acercarse a Sánchez. Y fueron esos, intentos por arriba, tiros sin precisión de media distancia. Y para colmo, a los 35' el paraguayo Leguizamón vio la roja directa por una violenta falta.
Central se perdió en su laberinto. Atlético lo dejó hacer, encontró una bola perdida y facturó. La Copa Argentina sigue siendo el objetivo. Pero en la Superliga sigue sin saber cómo sumar de a tres y se hunde.