Estos tipos de desafíos a modo de prueba suelen servir para ayudar a determinar ciertas cuestiones. También para verificar si lo que se está poniendo en práctica será eficaz cuando sea momento de asumir el verdadero reto, que será afrontar el decisivo tramo de la B Nacional. Y anoche a Central le terminó rindiendo la puesta en escena en su auspicioso debut de la Copa Ciudad de Rosario tras vencer al limitado Melgar de Perú por 2 a 0. Pero también es cierto que en varios pasajes mostró carecer de precisión colectiva, pese a que también tuvo algunos matices que invitan a soñar.
Se percibe en todo momento que Juan Pizzi continúa evaluando a sus jugadores para tratar de obtener la fórmula que le permita equilibrar los recursos que tiene a mano. Ayer plantó de movida "lo mejor" que está a su alcance. Y mal no le fue, a pesar de que tampoco sacó una destacada nota a la hora de hacer un repaso del funcionamiento del equipo.
Porque Central, a juzgar por el potencial que tuvo en relación a su rival de ocasión, no terminó haciendo una gran diferencia. Que le bastó sin tener altas las revoluciones para dejar mal parado al representativo peruano no fue novedad. Pero para un equipo con las pretensiones y obligaciones que tiene el canalla para este semestre, se puede afirmar que pudo haber hecho algo más convincente.
Si de probar se trata, entonces el equipo auriazul fue amo y señor anoche. Porque luego de un endeble inicio se fue acomodando y exigiendo a un Melgar que ofreció escasa resistencia. Sobre todo en la última línea.
De hecho, Central hizo sacudir la modorra que dominada al Gigante a partir de los 20 minutos en tres claras ocasiones fruto de las acciones protagonizadas por Carrizo y Ricardo Gómez. Primero Ricky tiró un centro al área, pero la pelota pegó en el palo debido a un acto fallido de Carvallo. Y después el volante abrió la cuenta a los 29' tras ensayar un tiro libre al corazón del área. Como complemento, Alderete ensayó un remate de media distancia, pero la pelota terminó en la nada.
Aunque el canalla, que dominaba sin hacer un gran desgaste en todos los sectores , casi se complica solito antes de ir al descanso. Vismara rechazó mal y Broun evitó el empate con sus piernas ante un remate picante de Ojeda.
El complemento no varió. Porque Central prosiguió teniendo la pelota, pese a las variantes que puso Pizzi y al gol incluido de Valentini sobre el cierre. La consigna era la misma. Tratar de mantener el orden y ser prolijos a la hora de transferir el balón. Por lo momentos lo consiguió y en otros no.
En consecuencia, si las pruebas sirven para ayudar a resolver ciertas cuestiones, entonces el DT se habrá ido conforme, más allá de que todavía al equipo le falta un pequeño golpe de horno para afrontar lo que vendrá con la tonalidad que todos pretenden.