Central perdió con Arsenal y está cada vez más complicado con el promedio

Central sigue cuesta abajo. No encuentra el remedio para sus males y sigue cayendo peligrosamente en el tobogán descendente en que parece haber ingresado en este Clausura. Y lo más preocupante sigue cediendo terreno en la tabla que más le importa, la de los promedios. Es que hoy ante Arsenal, que llegaba muy golpeado, los canallas tenían una buena chance para apuntalar todo lo bueno que habían hecho ante Colón, pero, sin embargo, chocó con su limitaciones y su inoperancia y ante los del Viaducto (perdió 3 a 2) sumó una nueva frustración a su complejo presente y su amenazante futuro.

Es que ante el equipo del Viaducto, un equipo que venía golpeado y con la guardia baja, no pudo quedarse con una victoria que necesitaba como el agua. Pero los nervios le jugaron una mala pasada a un equipo que terminó sucumbiendo ante un rival muy limitado, que le dio innumerables ventajas al canalla en el primer tiempo, las que corrigió en parte en el complemento, cuando en ventaja fue un poco más ordenado en defensa y sumamente efectivo en ataque, al punto que en una de las pocas llegadas claras que tuvo marcó el lapidario tercer gol, que terminó sepultando las chances canallas, más allá del descuento de Figueroa.

Central, en tanto, no pudo sacar provecho en ofensiva de las situaciones que generó en el primer tiempo, mientras que en el segundo se fue dejando ganar por los nervios y la desesperación, las propias y las ajenas, y dejó en el camino puntos importantísimos que no se saben las consecuencias que pueden traer de acá al final del torneo.

Esa impotencia ofensiva y la desesperación que le iba ganando a todos, hizo que las dudas defensivas se agigantaran y cada avance, de los pocos que hubo, de Arsenal se transformaba en un puñal al corazón de los auriazules, que dejaron el Gigante con una profunda preocupación.  

A esa altura habían quedado lejos las imágenes del primer tiempo, en que Central había generado más de media docena de situaciones claras y le cometieron dos penales que el juez Faraoni no le otorgó a los canallas en el primer tiempo.

Central fue pura garra y amor propio, pero pecó de inoperante y le faltó inteligencia ante un equipo que cada vez estuvo más cómodo con el trámite del partido. En definitiva, los canallas volvieron a quedar en deuda con su gente. Dejaron una imagen preocupante y cada vez se complican más con el promedio. Su presente es muy complejo y su futuro incierto.