Central: "No pensé estar tanto tiempo sin convertir", admitió Luna
Es el goleador que cautivó a todos en el debut, hoy una pieza más de un engranaje futbolístico que no termina de arrancar. Claro, su posición en la cancha y la chapa con la que Carlos Luna...
4 de octubre 2013 · 01:00hs
Es el goleador que cautivó a todos en el debut, hoy una pieza más de un engranaje futbolístico que no termina de arrancar. Claro, su posición en la cancha y la chapa con la que Carlos Luna llegó a Arroyito hace que las miradas no lo pasen por alto. Se trata del 9 del equipo. Del 9 que hace ocho fechas que no convierte (en dos de ellas —Colón y San Lorenzo— no pudo estar por una lesión), pero que la pelea. Y lo hace con el respaldo que no muchos goleadores reciben en tiempos de sequía. Tal vez su nombre y su trayectoria es lo que hace que los hinchas no cuestionen su andar. De su presente, del flojo rendimiento del equipo y de algunas cosas más habló el Chino en el mano a mano con Ovación, expresándose de manera concisa pero clara. Haciendo un culto de la gesticulación. "No pensé estar tanto tiempo sin convertir", tiró el delantero haciéndose cargo de su falta de gol. Destacó que prefiere "que el equipo gane" y también que el mayor problema del equipo está más relacionado a lo psicológico que a lo futbolístico.
"En lo personal estoy muy contento y cómodo en el club, pero el nivel del equipo y los resultados no ayudan para que la felicidad sea total", tiró el Chino como primera reflexión. Y rápidamente agregó: "No estoy preocupado ni bajoneado, pero sí con ganas de aportarle más cosas al grupo".
“Nunca se me cruzó por la cabeza que a esta altura íbamos a necesitar levantarnos. Tampoco imaginé estar tantos partidos sin convertir, aunque eso para mí queda en un segundo plano. Quiero que mi equipo gane”, agregó.
—¿Por tu condición de goleador sufrís más que el resto?
—Yo prefiero no hacer goles pero que el equipo gane. Más allá de eso, hasta aquí todo los goles los convertimos los delanteros, excepto Pachi (Carrizo). Igualmente no es momento de bajonearse, hay que tener la humildad de saber en qué estamos fallando para mejorar. Creo que ganando un par de partidos seguidos vamos a tomar el rumbo. Igual sabemos que los partidos pasan y esa tranquilidad no aparece.
—¿No te desespera el no poder convertir?
—No, porque lo peor que podés hacer es volverte loco. Siempre lo tomé así y siempre puse al equipo por delante de lo personal. Si mi nivel no es el mejor y el técnico decide que salga del equipo lo tomaré como algo normal que le puede pasar a cualquier jugador. Uno siempre trabaja para mejorar y en mi caso vivo repasando las jugadas para saber en qué fallé.
—¿Sentís que el respaldo de la gente es el mismo?
—Sí. Con todos los que me cruzo me apoyan, me dicen “dale Chino, metele que ya van a venir los goles” y cosas de ese estilo. Hoy estoy agradecido por eso, por el respeto que me demuestran los hinchas. Ojo que yo no pido nada porque sé lo que tengo que hacer, que es trabajar con mis compañeros y tratar de ganar. Lo demás es folclore.
—¿La necesidad de ganar es lo que les impide soltarse?
—Yo creo que la mayoría de los partidos los jugamos bien y algunos los perdimos por desconcentraciones, por cosas que no pueden estar en un equipo que pretende ser completo, encima en puntos que habían sido charlados por el grupo. Tenemos pocos puntos y lo que más necesitamos es ganar.
—¿El triunfo descomprimiría?
—No sé si descomprimir es la palabra. Soy de leer y escuchar poco, pero me imagino cuál debe ser la sensación de los hinchas. De esto se sale ganando pero para eso tenemos que mejorar. El grupo es el que tiene ocho puntos y es el grupo el que tiene la obligación de salir de este momento.
—Como grupo tampoco deben haber imaginado pasar por esto después del partido del debut.
—Mirá, no sé si hubo algún otro equipo que le haya jugado a River como le jugamos nosotros. Después con Gimnasia creo que fuimos superiores. El rumbo está claro y todos sabemos dónde hay que ir, pero la falta de triunfos no nos tiene que volver locos. Lamentablemente la cabeza manda todo y si estás mal en ese sentido no vas a poder salir.
—¿Desde lo futbolístico están lejos de lo que pretenden?
—Creo que hicimos partidos muy buenos, pero sabemos que hay una brecha importante entre los partidos de local y los de visitante y eso no está bien. Está claro que hay que lograr un equilibrio.
—¿Y pueden explicar por qué juegan de una manera de local y otra de visitante?
—Los resultados hablan por sí solos. No está bueno jugar afuera y que el rival diga “ah, vienen estos que de visitante no ganan nunca”. Creo que pasa más por la cabeza nuestra que por la de los rivales.
—Por lo que decís, el problema de Central es más psicológico que futbolístico.
—Creo que sí. Ya demostramos que podemos jugar de igual a igual con cualquiera. Queda claro que es de acá (se toca la cabeza), de convencimiento, de concentración.
—Jugaron dos partidos con uno más y no pudieron marcar la diferencia. ¿Por qué?
—Por algo es. Puede ser relajación, no sé. Puede sonar mal, pero en esas circunstancias hay que ser más ventajeros, porque después te putean a vos. Por ahí nos falta un poco más de maldad.