Ni tanto ni tan poco. Así se puede calificar el punto que Central sumó esta tarde ante River, en el Gigante, en la segunda fecha del Torneo Final. Es que el reparto de puntos si bien el permite seguir sumando, que es su objetivo, le corta el envión ganador que traía del debut ante Quilmes. Pero el 1-1 ante el millonario tampoco es tan poco en un marco de un equipo que necesita seguir creciendo, consolidarse futbolísticamente y solidificar su funcionamiento.
Además, si bien el canalla tuvo alguna chance para poder ganarlo y quedarse con todo, también estuvo cerca de perderlo y quedarse sin nada. Por eso el punto no es malo y termina siendo positivo para el canalla, porque le permite seguir cumando e hilvanar su segundo partido sin derrotas y seguir a la expectativa.
Mucho más teniendo en cuenta que el equipo arrancó perdiendo casi desde el vestuario y que debió reaccionar para remontar un resultado adverso.
Es que de arranque el partido se hizo cuesta arriba para Central, que de un córner a favor pasó a estar abajo en el marcador. Perdió una pelota en el área rival, y en la contra la armó Lanzini, tocó para Cavenaghi y esté a Teófilo Gutiérrez, que dejó a dos en el camino en el borde del área y se la dejó servida a Lanzini, que definió bárbaro.
A Central le costó muchísimo asimilar ese golpe, puesto que no lograba hacer pie ni hacer su juego. Intentaba reaccionar, pero no tenía volumen de juego, estaba apurado e impreciso en el manejo del balón y avanzaba más de lo que atacaba.
Y cuando no le salía casi nada de lo poco que intentaba, el Sapito Encina metió un centro pasado al segundo palo para Luna, el Chino le ganó a su marca y metió el cabezazo goleador, que dejó sin chances a Barovero.
A partir de la igualdad, Central tuvo una chance más para ampliar las cifras en los pies de Castillejos -adelantado-, que tras un pase de Luna, perdió en el mano a mano con el arquero.
En los minutos finales, el partido se asemejó más al que se imaginaba en la rpevia con los dos equipos buscando. Así lo tuvo River en los pies de Cavenaghi, a los 37', que se fue pr poco, y en una que Carbonero canchereó y se la dejó en las manos a Caranta.
Y pudo ser de Central a los 42', cuando el Sapito Encina llegó al fondo, tras una buena de Ferrari, pero Balanta cortó justo cuando por el medio los delanteros se relamían.
El complemento fue muy intenso por momento y muy disputado: fue más lo que metieron que lo que jugaron; más lo que lucharon que lo que pensaron. Y en ese marco el juego se hizo deslucido, friccionado, impreciso y por momentos chato.
Al punto que sólo se pueden contabilizar un remate de Delgado que se fue muy alto y una trepada de Mercado que, tras rebotar en un defensor, se fue al córner.
Un remate de Carrizo, a los 34, que se fue cerca se pareció bastante a una situación de peligro.
Pero si el canalla no lograba generar lo mejor, ni hablar después de la expulsión del Loncho Ferrari, a los 38', que dejó la cancha por una falta en perjuicio de Vangioni, que le valió la amarilla y como estaba amonestado posteriormente vio la roja.
Esa expulsión tampoco cambió demasiado el panorama, ya que River intentó presionar algo más, pero no era claro ni tenía tanto fútbol como para superar a un Central que pretendía bajarle la persiana al partido, pero que no lo podía conseguir. Así sufrió ante sendos remates de Vangioni, Carbonero y Lanzini, que no trajeron demasiado peligro para el arco de Caranta.
Por todo esto, el empate de Central ante River no fue ni tanto ni tan poco. No mostró su mejor versión en el debut ante su gente, pero tuvo el mérito de reaccionar y quedarse con un punto ante un rival de jerarquía como Rver, que le permite seguir sumando y consolidándose en su funcionamiento. Y mantenerse a la expectativa en un torneo en el que, de arranque, su objetivo es sumar.