Central quedó parado en una situación inmejorable, como líder de la zona A y con la seguridad que un empate en cancha de Lanús lo pondrá en la final de la fase Complementación. Eso sólo para el Kily ya es demasiado, aunque el entrenador sabe que son varios los aspectos por mejorar, entre ellos se destaca la regularidad dentro de un mismo partido para no quedar a remolque de las ideas del rival. No es tarea sencilla. Ni para el Kily ni para ningún técnico del fútbol argentino, pero es el objetivo a cumplir de aquí en más para proyectar el tiempo de vida que le quede en esta Copa Diego Maradona, siempre con la vista en alcanzar la zanahoria: la clasificación a la Sudamericana 2022. Le pasó contra Defensa y Justicia en el primer tiempo y antes lo sufrió frente a Aldosivi en el segundo. Ambas historias fueron bien resueltas desde la óptica del resultado, pero tuvieron esas grietas que ameritan ser subsanadas.
“Nos estamos afianzando en la parte defensiva”, fue una de las frases que destacó el Kily tras la goleada ante Defensa y Justicia. Y es cierto. De hecho al equipo no le convirtieron en los dos últimos encuentros, pero la verdadera solvencia tiene que ver con otra cosa y es con no entregarles chances ciertas al rival para que pueda generar situaciones de riesgo.
Hay muchas formas de lograr ese cometido, pero la más productiva es no entregar las riendas del partido durante tanto tiempo. Y este Central lo hace bastante seguido. Es cierto, mucho tiene que ver con la postura primaria de privilegiar la búsqueda del arco de enfrente, pero dentro de ese contexto es donde debe aparecer la inteligencia y la sapiencia para no exponerse.
Salvo honrosas excepciones, al menos en el fútbol argentino, es difícil para cualquier equipo dominar de principio a fin. Cuando menor sea el tiempo de dominio que se pierda, más bajo será el margen para los padecimientos.
El haber sido un equipo largo, el exponerse al golpe por golpe frente a un Defensa y Justicia que como bien dijo el Kily es de “transiciones rápidas” hizo que para Central fuera más fácil exponerse a la pérdida del control que sostener las riendas del partido.
Es cierto, al conjunto canalla esa parte del partido le costó más de la cuenta por el formato que propuso el Halcón a través de una decisión importante de parte de su entrenador Hernán Crespo de meter un jugador (Lautaro Escalante) encima de Emiliano Vecchio para que lo persiguiera a sol y sombra. Ahí fue cuando a Central se le dificultó defenderse a partir de la pelota y, como consecuencia, generar en mayor volumen y algo más de claridad. Ya en el complemento, con la salida del volante tapón de Defensa, el capitán canalla encontró mayores libertades, que se dieron en gran medida por esa ventaja que ya había sacado el equipo con el gol de cabeza de Joaquín Laso.
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Cuando Central no genera, a los delanteros les cuesta.
Pero esto que sufrió en los primeros 45 minutos el sábado en el Gigante y que resolvió de buena manera en el segundo tiempo marca un contrasentido con la forma en la que transcurrió el partido en Mar del Plata. Porque, vaya paradoja, en aquella oportunidad nunca pudo hacerse amo y señor del juego ni siquiera estando un gol arriba. Es decir, no parece tan lineal la idea que a este Central se le ordena y se le despeja la cabeza después de encontrarse arriba en el marcador.
¿Otro ejemplo sucedido hace poco? Contra Unión. Después de dar vuelta el resultado y frente a la posibilidad de bajar un cambio, de mostrar inteligencia y de mostrar solvencia en el manejo de los tiempos, fracasó. No lo pagó con derrota, pero estuvo cerca.
Por eso se entiende otra de las reflexiones que hizo el técnico canalla después del triunfo, cuando mencionó que le gustó “que el equipo supiera manejar los tiempos del partido, buscando los momentos justos para atacar”. Por algo lo dijo. Seguramente porque entendió que a partir de ahí comenzó a gestarse la victoria, pero sin dudas fue también porque, como buen entendedor del fútbol, sabe que era y que aún lo es una de las patas flacas del equipo.
Después de cinco partidos sin derrotas puede sonar a crítica desmedida el hecho de resaltar lo que es una de las deficiencias más importantes frente unas cuantas virtudes, que indudablemente existen. Pero frente al desafío del perfeccionamiento, la lupa suele ponerse en los puntos más flacos. Y en la medida que pueda corregirlo, que logre no ceder el dominio durante mucho tiempo, más fácil le resultará potenciar todas esas cosas buenas que está haciendo.
Se copa un día antes
Central debutará en la Copa Argentina un día antes de lo previsto. Lo hará el martes 12 de enero (horario a definir), en San Nicolás, ante Boca Unidos de Corrientes, por los 32 avos de final.