Setenta minutos de fútbol para darle pista a la puesta a punto futbolística que entregaron algunos indicios positivos. Con los reparos lógicos que indudablemente hay que poner bajo el ojo clínico. Es que desde principio a fin quedó expuesta la enorme diferencia que hay entre un equipo de primera y uno que milita en el Federal B, como lo es Puerto San Martín. A partir de ahí se puede empezar a explicar el 3 a 0 cómodo que logró el Canalla en la mañana de ayer en Arroyo Seco, donde se notó que aún hay dureza por la exigencia de la pretemporada, aunque con ese condimento igual le haya alcanzado para superar la prueba. Y encima con jugadores que cumplieron sus primeros minutos con el equipo, como fueron los casos de Washington Camacho y Hernán Menosse, las últimas incorporaciones. Y ambos hasta de despacharon con un gol, aunque la actuación del ex Racing haya sido de los más trascendente del equipo. Porque no sólo marcó, sino que mostró mucha claridad cuando la pelota pasó por sus pies, especialmente a la hora de asistir a los delanteros.
Coudet se vio obligado a realizar algunos remiendos en el equipo por las bajas obligadas de Esteban Burgos y Walter Montoya. Por eso aparecieron Menosse y Camacho para acoplarse a un sistema que también varió, ya que el dibujo elegido el 4-4-2, con Fernández junto a Musto por el centro y con Jonás Aguirre, de buen partido, recostado sobre la izquierda. El partido en sí fue un verdadero monólogo, en el que Central mantuvo casi siempre la pelota bajo su mando y decidiendo cuándo y cómo quería imprimirle velocidad y agresividad al juego. Es que salvo un pelotazo largo que tomó por sorpresa a la defensa y en el que Torsiglieri tardó unos segundos en reaccionar ante la corrida de Rosales (remató junto al primer palo pero encontró bien parado a Sosa), el resto fue todo del Canalla.
Lo dicho, hubo un buen entendimiento del juego por parte de Camacho, quien a los 2' del partido metió una gran asistencia por encima de la defensa de PSM para Ruben y que no terminó en gol porque el capitán canalla no alcanzó a dominar.
Fue saludable para Coudet que su equipo haya intentado (siempre atendiendo a la poca resistencia que ofrecía PSM) que su equipo mantuviera la filosofía de juego acostumbrada, con buen trato de balón, rotación permanente, presión alta y mucha agresividad de tres cuartos de cancha hacia adelante.
Bajo esas coordenadas hubo una muy buena labor de Musto distribuyendo el juego, de Jonás Aguirre desbordando una y otra vez (en esta ocasión le agregó la ejecución de buenos centros), de Herrera, con gran movilidad, y de Ruben, a la hora de asociarse con los volantes ofensivos.
Fue así que llegó la apertura del marcador por parte del Chaqueño Herrera (6') y la estocada de Camacho en ese primer tiempo de 35', en los que tal vez se vio lo mejor del equipo. Igual la historia cambió muy poco en el complemento. Porque Central nunca se despojó del rol de protagonista, lo que hizo que la defensa tuviera una jornada más que tranquila. En ese lapso del encuentro no hubo quizá tantas llegadas, pero sí una intensidad que se mantuvo hasta el final, incluso después de las tres variantes (ingresaron Ferrari, Joaquín Pereyra y Becker) que Coudet realizó sobre los 8' del complemento. Hasta Me nosse se dio el lujo de anotarse con un gol tras un córner.
Fue el tanto que le terminó dando forma a una práctica formal de fútbol que tuvo bajas importantes (Martínez y Lo Celso están con la selección), pero a la que Central se acomodó demasiado bien. Fue ni más ni menos que un típico amistoso de pretemporada, en el que las conclusiones no dictamina sentencia, pero que sirve para ablandar músculos, ir ensayando en el ensamble de las piezas y sumar minutos de fútbol.