Rinaudo. Sí. Fito. El de las convicciones. El de la entrega. El que empuja sin importar el cómo. Una noche se erigió en figura. Pero esta vez no sólo por su multiplicación física. Sino porque metió un bombazo en el final para cambiar un partido que venía cruzado. Y mutar una historia que complicaba para convertirla en un salto hacia muy arriba. Sí. Central lo tenía perdido. Ante un rival mediocre. Pero logró empatarlo con el azar de un rebote. Y así, en el contexto de lo imprevisto, apareció el volante aguerrido y lo que era preocupación se convirtió en euforia.
Central arrancó el año con una victoria sufrida. Pero triunfo al fin. Muy importante. Trascendente. Y que da tiempo para corregir. Porque hay mucho para remediar. Pero después de un festejo todo resulta más simple.
Cuando un partido transita por las equivalencias que imponen las carencias, la diferencia deriva de un acierto eventual o de un error ocasional. Con sólo eso es suficiente para que la balanza deje con mucho a uno y sin nada al otro. Y cuando Central se quedaba sin algo porque Briasco había descubierto una conquista, asomó un cabezazo de Ribas que hizo rebotar la pelota en el travesaño para luego pegar en el arquero Silva y meterse. Empate. Justo. Sí. Pero en el reparto de la escasez que evidenciaron ambos, hubo un rebelde que rompió la monotonía. Y ganó Central.
Ahora es fundamental precisar por qué le costó a Central. Sin dudas que el funcionamiento que en 2019 estaba ensamblado, en el 2020 las variantes lo desconfiguraron. Diego Cocca no logró con lo que tiene resolver las ausencias que emigraron. Y por ello impuso incomodidades a diestra y siniestra. Lo que produjo desacoples, errores funcionales, conceptuales y hasta elementales.
Porque Emanuel Brítez sufrió horrores por el lateral derecho y Nicolás Colazo sucumbió por izquierda. Gamba no logró hacer lo suyo. Rius se diluyó por el otro sector y Zabala tampoco pudo ser alternativa. Mientras que a Ruben le costó el reinicio. Y la falta de certeza atentó contra la necesaria articulación de juego.
Los canallas arrancaron el encuentro con la determinación ofensiva que le impuso la localía, presionando en la zona de volantes a un Huracán que no hacía pie. Tanto que recién produjo la primera llegada a los 34'.
Huracán logró mejorar la cobertura de los espacios y equiparó el trámite, aunque carente de profundidad.
En el arranque del complemento el partido parecía romperse, ya que tras un avance de Central, Huracán metió una contra que no derivó en gol porque Ledesma se adelantó para cortar un pase fuera del área, y de allí derivó en otro avance canalla que no generó riesgo por falta de precisión.
Pero progresivamente Huracán fue predominando, y así en la primera pelota que tocó Cordero se fue por izquierda, metió un pase largo, que debió ir a buscar el Beto Briasco, y tras avanzar unos metros metió un pelotazo cruzado que se metió en el segundo palo de Ledesma.
Central se perdió en su impotencia y Marcos Ojeda tuvo el segundo, pero Ledesma tapó de manera estupenda.
Pero entró Pereyra por Emmanuel Ojeda, metió un centro certero que Ribas conectó de cabeza y la pelota, tras pegar en el travesaño, rebotó en Silva y se metió.
Y cuando el partido se desvanecía en la igualdad, Rinaudo, sí, el de las convicciones claras, metió un zapatazo y selló la victoria.
Ganó Central un partido complicado por las carencias. Pero ganó. Y hoy eso es lo único que importa para los canallas. Que se fueron pletóricos por una victoria, que en definitiva es lo único que les importa.
Central: Jeremías Ledesma; Brítez, Almada, Novaretti y Colazo; Rinaudo y E. Ojeda (82' Pereyra); Rius, Gamba (71' Ribas) y Zabala (82' Marinelli); Ruben. DT: Diego Cocca.
Huracán: Silva; Araujo, Romat, Merolla (76' Cosciuc) e Ibáñez; Bogado, Calello, Briasco y M. Ojeda; R. Gómez (87' Chávez) y Coniglio (57' Cordero). DT: Israel Damonte.
Gol: 62' Briasco (H), 85' Ribas (C), 90+5' Rinaudo (C)
Estadio: Gigante de Arroyito
Arbitro: Nicolás Lamolina
TV: Fox Sports Premium