Central: confianza quebrada
Se sabe que los malos resultados erosionan todo. Incluso, una confianza que hace apenas una
semana era granítica. La derrota del domingo ante Godoy Cruz le hizo un tajo pronunciado a la
visión que la dirigencia de Central tenía sobre el trabajo de Gustavo Alfaro. Esto no quiere decir
que la continuidad del técnico esté en duda. Al menos, desde el lado de los directivos.
16 de diciembre 2008 · 01:00hs
Se sabe que los malos resultados erosionan todo. Incluso, una confianza que hace
apenas una semana era granítica. La derrota del domingo ante Godoy Cruz le hizo un tajo pronunciado
a la visión que la dirigencia de Central tenía sobre el trabajo de Gustavo Alfaro. Esto no quiere
decir que la continuidad del técnico esté en duda. Al menos, desde el lado de los directivos.
Pero está claro que Alfaro ya no seduce como antes. Por eso
cada vez son más frecuentes las voces de disconformismo que se expresan puertas adentro sobre
algunas decisiones adoptadas por el entrenador y otras relacionadas con su manera de manejarse
puertas afuera.
También fue elocuente y a la vez inusual el tiempo que
tardó Alfaro en salir del vestuario visitante del estadio Islas Malvinas. Prácticamente no realizó
declaraciones, justo una de sus virtudes a la hora de disimular su paupérrimo ciclo. Además se lo
vio más agotado que de costumbre, como si la caída en Mendoza le hubiera minado su convicción de
que sacará al equipo adelante. Es más, algunos allegados a su círculo más íntimo reconocieron en
voz baja: "Nunca lo habíamos visto tan derrotado. Gustavo es un tipo de una fortaleza increíble,
pero estoy seguro de que estos diez partidos que lleva como técnico de Central fueron los peores de
su carrera. Si no estuviera la pretemporada por delante y la llegada de los refuerzos, hubiera dado
un paso al costado", le confió esta fuente a Ovación.
En la dirigencia existe una marcada preocupación por la
situación del equipo, que terminó el Apertura ubicado en la promoción, y también por la falta de
respuesta que evidencia Alfaro. Seguramente en los próximos días habrá una reunión entre el
entrenador, el asesor legal Manuel Usandizaga y el vocal Juan Carlos Di Felice, representantes de
la comisión directiva, para realizar una especie de balance de la gestión futbolística y también
para profundizar sobre otros temas.
El presidente Horacio Usandizaga, principal impulsor y
defensor de Alfaro, también sigue con atención el desmejoramiento del equipo y la colección de
derrotas que tiene el DT sobre el lomo. Y eso que el Vasco siempre estuvo convencido de que era el
indicado para pilotear esta situación. Incluso, creía hasta hace unas semanas que era el que
llevaría a Central a gritar campeón luego de más de dos décadas. Su hijo Manuel también defendió a
capa y espada el actual proceso en una entrevista con Ovación luego del traspié contra
Independiente en el Gigante.
Pero el deseo del presidente hoy quedó hecho trizas debajo
de la alfombra de los cuestionamientos. "A Alfaro lo trajimos para que mejorara el mal paso de
Vitamina como técnico y no para que lo empeorara. La verdad, todos pensamos que con él íbamos a
salir adelante, pero hasta ahora nos equivocamos", resumió con dureza una voz dirigencial.
Otra de las cosas que no cayeron bien en la dirigencia fue
la facilidad con la que Alfaro hace trascender las posibles incorporaciones. No sólo porque de esa
manera atenta contra el tire y afloje de una negociación, sino porque muchas veces los nombres que
blanquea públicamente no son los que pidió. Un caso notorio fue el de Joffre Guerrón o varios de
los jugadores a los que dirigió en Arsenal. De hecho, pocos saben que uno de los primeros
futbolistas que le mencionó a la dirigencia para reforzar el plantel fue Miguel Caneo, a quien
dirigió en Quilmes.
Alfaro sigue creído de que cuando tenga a las contrataciones que solicitó,
el equipo será otro. Que en el Clausura 2009 empezará realmente su trabajo como DT de Central.
Mientras tanto, los directivos lo miran de reojo y aceptarán hasta ahí sus pedidos. Le traerán los
refuerzos, se encolumnarán detrás del proyecto y le renovarán el crédito por un torneo más a no ser
que el técnico decida lo contrario. Eso sí, esa confianza ya no es un cheque en blanco. Todo lo
contrario. Es un depósito a plazo fijo cuya renovación será partido a partido. Porque si esta
historia no cambia con inmediatez, Central corre serio riesgo de ir a la promoción.