Cada acción trae su reacción. Cada movimiento delata intenciones. A pesar de que
no apareció la confirmación oficial del equipo que enfrentará mañana, a las 17.10, a Gimnasia en La
Plata (dirige Javier Collado), todo indica que el técnico Leonardo Madelón pondrá en la cancha a
Ramiro Fassi y Andrés Imperiale en los laterales de la defensa. De esa manera, Central establecerá
en cancha un fondo con todos marcadores centrales. Esa acción puede condicionar las bases del juego
colectivo. Ese movimiento, además, revela la cautela que domina el imaginario del entrenador
auriazul en la previa del choque por la segunda fecha del Clausura.
"Contra Gimnasia es la final del mundo", dijo Madelón en el
inicio de la semana. Y también apuntó que "no servirá el punto contra Boca si no le ganamos al
Lobo". Así, desde la complicidad del discurso, se construyeron las metas y las ambiciones que
llevará el plantel canalla al estadio Ciudad de La Plata. Pero a la hora de conformar el conjunto
titular, el DT está exhibiendo notables recaudos para disimular las ausencias de Alexis Danelón
(lesión en el tobillo), Emiliano Papa (quinta amarilla) y Abel Espinoza (faringitis). Los nombres
elegidos acercan la idea de cuidados.
Si no hay sorpresas de último momento, los auriazules
alinearían a Cristian Alvarez; Ramiro Fassi, Ronald Raldes, Walter Ribonetto y Andrés Imperiale;
Tomás Costa, Leonardo Borzani, Mariano Messera y el Kily González; Emilio Zelaya (ver aparte) y
José Vizcarra.
Para solucionar el carril izquierdo metió mano enseguida y
no dudó en elegir a Imperiale, un jugador que ya dio muestras de que puede ocupar ese sector pero
que cada vez que puede recuerda que no es su función natural. Cuando lo llaman, el Tuna responde,
en algunas ocasiones rinde más y en otras menos.
Para arreglar ese sitio no utilizó al Chapita Martín
García, un tres con más rodaje en la posición, mejor manejo de pelota y una mayor vocación
ofensiva. Tampoco recurrió a Diego Braghieri (estará en el banco), otro zaguero que a veces fue
usado de marcador de punta.
En tanto, sobre la banda derecha es donde hubo más
problemas. A la seria lesión de Danelón, se sumó la inoportuna faringitis de Espinoza y para
sorpresa de propios y extraños, apareció en ese lugar el Colorado Fassi, quien nunca se desempeñó
como lateral derecho y no es un jugador que ofresca salidas claras ni proyecciones, aunque asegura
firmeza en la marca, y orden defensivo. Y Eduardo Farías sigue lejos de las consideraciones.
Más allá de las declaraciones de turno, esta disposición desnuda que detrás de
los anhelos de triunfo anida una pensada red de cautela. El técnico Madelón sabe que resigna
variantes de juego en el andamiaje colectivo pero parece que cayó seducido ante las condiciones de
seguridad que aportan dos hombres que ya conocen perfectamente las exigencias de la primera
división y el contexto de necesidades que atraviesa Rosario Central en el torneo Clausura.
Y para escaparle a las urgencias que impone el promedio, parece que decidió alejarse de los
riesgos. Ante la adversidad, quiere pisar firme. l