Entre las cosas más difíciles que le planteó la pandemia por el Covid-19 a los deportistas de alto rendimiento estuvo el hecho de tener que ingeniárselas para entrenar en casa, especialmente cuando hubo confinamientos estrictos y obligatorios. Al inicio, las redes se colmaron de malabares y de creatividad que mostraban cómo intentaban mantener la motivación en el que supuestamente iba a ser el año olímpico. Para aquellos que necesitaban medios por demás de específicos, como una pileta, la tarea se hizo más titánica. Todo eso lo experimentaron las nadadoras artísticas Camila Arregui y Trinidad López Brasesco, ambas de GER y dueto del seleccionado argentino, quienes nunca pusieron pausa a su entrenamiento así tuvieran que hacerlo por separadas, en un par de metros, con elementos caseros y compitiendo hasta de manera virtual. Incluso tomando clases con una de las eminencias de su deporte, la rusa Svetlana Romashina. Intentaron no perder el ritmo hasta que se les habilitó prepararse en el agua y con ello sostener la ilusión de llegar a Tokio 2020, finalmente Juegos pospuestos para 2021. Más de un año después de aquellas semanas llenas de incertidumbre, finalmente las nadadoras artísticas tendrán su Preolímpico en Barcelona desde este sábado para intentar llegar a la máxima cita del deporte mundial que verá encender la llama el 23 julio en Japón.
"Pudimos entrenar bastante bien, al final estuvimos sólo dos días paradas (por el confinamiento estricto de 10 que dispuso el gobierno nacional hace poco), pero por suerte no fue más que eso. Por supuesto que las condiciones que se generaron por la pandemia no fueron las ideales, pero hicimos lo mejor posible. A medida que se iba acercando este viaje estábamos expectantes de que nos consigan el permiso (para entrar a Europa), pero mucho más tranquilas que el año pasado donde todo era más incierto a esta altura", le cuenta a este diario Camila Arregui ya desde la ciudad condal. El año pasado este Preolímpico iba a oficiar de Test Event en las piletas de Tokio, pero una vez pospuestos los Juegos, en marzo, se anularon también los clasificatorios. Iba a ser en mayo, pasó para mayo de este año, de vuelta lo sacaron de Japón (donde sí por ejemplo se hizo el test de clavados) y se lo llevó a una sede europea: Barcelona.
"Las expectativas que tenemos para este Preolímpico es dar nuestro mejor posible, como siempre. Va a ser difícil, las plazas para los Juegos se redujeron respecto a otros años (22 en lugar de 24), ahora están entrando dos duetos más por continente", explica Camila. Canadá y México ya lo hicieron directo y en Barcelona a las argentinas les tocará pelear contra Colombia y Brasil, rivales con las que se conocen mucho, están en contacto permanente desde que inició la pandemia y en similares condiciones de preparación, casi sin competencia previa al Preolímpico. Las nadadoras conducidas por la histórica entrenadora Mónica López saben que en el Viejo Continente ya se avanzó algo más y que ya pudieron por ejemplo medirse en un Europeo (siempre de muy alto nivel), aunque es una situación que las excede. Además, confían en que los resultados del último Sudamericano (Buenos Aires, en marzo, obtuvieron tres medallas, incluso una por equipos) fue una buena medida pese a todo, en la única competencia real e internacional que pudieron tener antes de zambullirse este sábado a las piletas de Saint Jordi.
Para ir en busca de la clasificación olímpica, Camila y Trinidad presentarán en Barcelona las mismas rutinas en dueto técnico y libre que utilizaron en el Mundial de Corea 2019 y en los Juegos Panamericanos del mismo año, aunque reformuladas y mejoradas. Con la música de la icónica serie Juego de Tronos. Tanto Camila como Mónica son dos fanáticas del envío que se popularizó a través de HBO y en ese gusto embebieron a Trini que aceptó la propuesta. "La fuimos armando en el año de la última temporada", ríe Cami, pendiente del gran final que sólo tuvo cuatro capítulos.
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En los Juegos de Londres 2012 el nado sincronizado argentino (hoy natación artística) fue olímpico por primera vez. Y ello fue posible gracias a las hermanas gemelas Etel y Sofía Sánchez, dos íconos de GER y de la selección y también entrenadas por Mónica López. La presencia de ese dueto en aquella ocasión fue un antes y un después en la disciplina que entonces cumplía el sueño de muchas nadadoras, en vigencia o retiradas. En Río de Janeiro 2016 repitieron, lo cual hizo aún más grande el legado. A Camila y a Trinidad les toca ser las sucesoras en la línea de tiempo, aunque no sienten la presión ni de tener que emularlas ni superarlas: "Quizás eso fue un poco al principio, lo que lograron ellas fue de ellas. Por suerte están siempre para lo que necesitamos. Aunque como digo, sin presiones. Nosotras tenemos que contar otra historia", cierra Camila apenas un rato después del primer entrenamiento previo al debut en el Preolímpico.
En el agua el peso decanta.