Vive un presente soñado. Se lo ve distendido y en la plena madurez deportiva pese a su corta edad. Luciano Ferreyra se convirtió en el hombre del día en la grilla de los ensayos informales que hasta ahora jugó Central. El atacante canalla ratificó que es una especie de diamante en bruto que necesita ser pulido. Con apenas 18 años le dio luz propia al equipo del Kily en la victoria 2-0 de ayer contra Belgrano. Pupi marcó un golazo enganchando hacia adentro y sacando un zurdazo. Para los ojos del prójimo resulta ser un chiquito que recién está arrancando. Pero es peligroso y explosivo, sobre cuando encara de frente. El otro tanto canalla lo anotó de cabeza Emmanuel Ojeda, otro pibe de la cantera a los que el Kily le está dando pista.
Pupi tuvo un estreno rimbombante hace una semana ante Unión. Sorprendió con desparpajo. Mostrando gambetas, toques precisos, visión y hambre de gloria.
Además, Pupi juega por un sueño. Ese mismo que es tratar de darle lo mejor a su familia, según le confesó a Ovación luego de relatar el duro pasado que le tocó vivir cuando residían todos en Chaco. Y en eso sigue edificando el futuro deportivo. El Kily venía probando la maquinaria canalla con Alan Marinelli y Federico Martínez. Pero como no pudo contar con ninguno ante Unión por diversos motivos mandó a la cancha a Ferreyra. Y terminó haciendo un pleno porque el chico se movió como si estuviese en su Chaco natal.
Contra Belgrano se plantó la mayor parte de los 70 minutos que duró el desafío en Arroyito sobre la banda izquierda. Destiló un vistoso juego en ofensiva. Le inyectó picardía al ataque centralista. Camufló su inexperiencia con personalidad. No arruga ni se paraliza ante las duras piernas de los rivales. Al contrario. Los encara con vehemencia. Juega con hambre de gloria. Con sed de triunfar en la vida y para nutrir la necesidad propia como familiar.
El pibe oriundo de Roque Sáenz Peña, ese mismo que integró las selecciones juveniles Sub 17 de Argentina y se consagró campeón del Sudamericano 2019, fue lo más saliente del partido. Estuvo en otra frecuencia. Sobresalió por excelencia.
Es como que desplegó el mapa del juego con seguridad, reunió las pistas a seguir y terminó encontrando el tesoro ante Pirata. Hizo todo bien. Y de entrada. Porque ya a los ocho minutos se animó y probó al arco con determinación.
Mientras que al filo de la media hora recogió un rebote en un rival y anotó su primer gol vestido de amarillo. Representó además el 1 a 0 para el equipo canalla. Luciano lo gritó con cierta furia contenida y luego se abrazó al paso con sus compañeros en medio de la alegría generalizada. Más tarde Pupi asistió a Rodrigo Villagra, quien ingresando por el centro sacó un misil casi impacta en la red de Rigamonti.
Central tiene en sus manos una joya que puede ser perfecta si la pule con sabiduría y paciencia. También sin esa prisa que gobierna full time a la tesorería. Así como reza la canción de la banda inglesa Pink Floyd, Brilla tú, diamante loco (Shine On You Crazy Diamond), esta vez en el equipo canalla el que destelló con la fuerza de la naturaleza fue Pupi Ferreyra, una de las mejores apariciones en estos amistosos que disputó Central.