Brasil se convirtió ayer en el primer finalista de la Copa Confederaciones, al superar a Uruguay por 2 a 1, en el partido más difícil de los que disputó en lo que va del torneo que se juega en su país.
Brasil se convirtió ayer en el primer finalista de la Copa Confederaciones, al superar a Uruguay por 2 a 1, en el partido más difícil de los que disputó en lo que va del torneo que se juega en su país.
Pese a que una vez más fue impulsado por el himno nacional cantado a capella por la hinchada, Brasil no repitió ante la celeste la presión avasallante inicial de los partidos anteriores.
A los 13 minutos, durante un ataque uruguayo, el zaguero David Luiz cometió penal sobre Diego Lugano, pero esta primera ocasión para los uruguayos de salir adelante fue frustrada por el arquero brasileño Julio César, quien despejó el disparo de Forlán y fue saludado con abrazos por sus compañeros y con una ovación del público.
Con la marca uruguaya cerrando espacios, Brasil enfrentaba dificultades para armar un ataque y, salvo por un tiro de larga distancia de Oscar y un remate desviado de Hulk a los 28', apenas molestó a Fernando Muslera.
Dos minutos después, Forlán desperdició su segunda ocasión con un disparo de media distancia que pasó arriba del travesaño.
Tras esa tensa primera media hora, Brasil fue recuperando de a poco la tranquilidad y algo de su fútbol, pese a que seguía lejos de ser el equipo que ganó con comodidad sus tres primeros partidos.
A los 37', Diego Godín evitó el que sería el primer gol de los anfitriones al interceptar un centro de Marcelo antes de que alcanzara al artillero Fred en posición inmejorable para marcar.
Pero Fred no perdonó la siguiente. A los 41' Paulinho habilitó con un pase largo a Neymar, cuyo remate fue desviado por la defensa. Fred aprovechó el rebote y celebró cerca de la hinchada: "¡Acá hay garra!", dijo dirigiéndose a las cámaras de televisión.
Uruguay igualó apenas empezó el complemento. Cavani aprovechó un error del zaguero Thiago Silva para apoderarse del balón en el campo defensivo de Brasil y sellar el empate con un zurdazo inatajable para Julio César.
Brasil trató de recuperar terreno, primero con un tiro libre de Hulk que Muslera despejó como si estuviera en una cancha de vóleibol, luego con un disparo de Neymar, que el arquero uruguayo atajó sin demasiado esfuerzo.
Uruguay seguía asustando y casi se puso en ventaja a los 66' con un tiro libre de Forlán rematado de cabeza por Luis Suárez.
Sin embargo, a los 86' apareció Paulinho por el segundo palo a la salida de un córner y con su gol desató la locura brasileña en el estadio Mineirao.