El alemán Boris Becker, uno de los máximos referentes del tenis y tres veces campeón de Wimbledon, fue liberado por la Justicia británica para ser deportado a Alemania luego de de pasar ocho meses en dos prisiones del Reino Unido tras ser condenado a dos años y medio de cárcel en abril pasado por ocultar su patrimonio monetario e inmobiliario para declararse en bancarrota y no pagar sus deudas.
La decisión judicial impuso que Becker, de 55 años, debía cumplir de inmediato su viaje desde Londres a Alemania, y no podrá regresar a Londres hasta que cumpla el resto de su condena, la que queda en suspenso.
Conocida la resolución, el abogado defensor de Becker, Christian-Oliver Moser explicó mediante un comunicado: “Purgó su pena y no es objeto de ninguna restricción penal en Alemania”.
Becker, quien vivía en Londres desde 2012, no tiene la nacionalidad británica, y es por ello que según la legislación del Reino Unido los presos solo pueden ser puestos en libertad condicional cuando han cumplido al menos la mitad de su condena, lo que en el caso de Becker serían 15 meses, con fecha límite el 29 de julio de 2023. Sin embargo, quien fuera un gran tenista, se benefició de un programa especial de liberación y deportación al que pueden optar todos aquellos extranjeros “que puedan ser excarcelados y expulsados hasta doce meses antes de la fecha más temprana de excarcelación”, de acuerdo con la norma.
El ex número 1 del mundo y ganador de 49 títulos en total (entre 1985 y 1996) había sido condenado en Londres el 29 de abril por ocultar millones de dólares en activos a sus administradores concursales.
Becker había sido declarado insolvente por los tribunales en 2017. Por ello, tuvo que revelar su patrimonio a los administradores concursales, pero al hacerlo omitió partes importantes, según el tribunal.
El reconocido tenista tenía una condena previa por evasión fiscal en Alemania en 2002 y fue declarado culpable de cuatro cargos por un jurado en virtud de la Ley de insolvencia y fue absuelto por 20 cargos. “No prestó atención a la advertencia que le dieron. Reconozco la humillación que has sentido, pero no has mostrado humildad”, dijo la jueza que lo condenó.
Becker fue detenido en la prisión HMP de Wandsworth, paradójicamente cercana a Wimbledon, donde brilló como tenista. Pero luego fue trasladado a la prisión de Huntercombe, al oeste de la capital británica. Luego de unos primeros meses angustiantes y sumamente difíciles, en los que incluso algunos presos se quejaron por los supuestos privilegios que allí tenía, Becker encontró algunas acciones más alentadoras sobre su vida detrás de las rejas.
En octubre pasado, el periódico alemán Bild publicó que el ex deportista se entrenaba regularmente en el gimnasio de la prisión, que dejó el alcohol y que había perdido peso. Se conoció que también estaba trabajando como asistente del preparador físico que hay en la prisión y que aportaba su mirada sobre el acondicionamiento físico y la psicología, aprovechando su experiencia como ex campeón de tenis.