Día negro para Boca. La excursión a México terminó con un dolor de cabeza para
el equipo de Carlos Ischia. Es que la derrota por 3 a 1 frente a Atlas puso a los xeneizes al borde
de la eliminación de la Copa Libertadores. Igual aún no está dicha la última palabra pero el
panorama se complicó más de lo esperado.
Así Boca dejó tres puntos valiosísimos en el colmado e imponente estadio
Jalisco, que ahora lo obligarán a golear el próximo 22 de abril al eliminado Unión Maracaibo, en la
Bombonera, para llegar apenas a los 10 puntos y pasar a octavos de final. Mientras, mañana Colo
Colo recibirá a los venezolanos y el 22 también será local ante Atlas. De esta forma, la diferencia
de gol constituirá entonces la clave para el futuro de mexicanos, chilenos y argentinos.
Boca fue el dueño del primer tiempo, tanto en la ocupación de espacios como en
la posesión del balón y también en las opciones de gol, pero terminó la etapa igualando 1 a 1
(goles de Gerardo Flores y Battaglia). Y ese marcador parcial fue responsabilidad absoluta del
equipo argentino, por sus fallas en defensa y en ataque.
El equipo xeneize se quedó con esa imagen de superioridad de cara al segundo
período y eso lo hizo entrar en una relajación que terminó resultándole fatal. A tal punto fue así
que Atlas, un equipo decididamente inferior, tuvo apenas un par de llegadas, también generadas por
errores defensivos y se llevó un holgado triunfo.
En todo esto tuvo mucho que ver que Ischia demorara en sacar a los irresolutos
Gracián y Dátolo. A tal punto que cuando los relevó por Christian Chávez y Neri Cardozo, ya estaba
3-1 abajo. Encima, el entrenador se guardó inexplicablemente un cambio, quizás por no atreverse a
sacar a un Palermo que después del gol malogrado en el primer tiempo, solo debajo del arco, en el
segundo directamente no entró en acción.
Y para redondear el oscuro atardecer mexicano (Boca hace siete años que no gana
en ese país), se cumplió la "ley del ex" y en 20 minutos Bruno Marioni cerró la historia con dos
conquistas. La primera llegó a los 8’ del complemento cuando Maidana dejó corto un rechazo y
la segunda a los 27’, cuando con un tiro suave superó la débil resistencia de Caranta.
En el cuarto de hora final Boca tuvo intentos individuales, con un Rodrigo
Palacio muy apagado, que tampoco entró en sintonía con sus compañeros y no mucho más que eso.
El resultado terminó siendo por demás de desalentador y de cara a la última
presentación en la fase de grupos la cosa no pinta para nada sencilla.